Hace 20 veranos que Joaquín Caparrós llegó al Deportivo. “Quiero contribuir a que el club se aun poco más grande”. Pero aquel fue el inicio del declive. Tampoco fue solo culpa suya. Las vacas flacas empezaban a asomar. “Aquí están en venta hasta los conos que usamos para entrenar”, reconvino el entrenador cuando ya tomó conciencia de la situación. A los seis meses de llegar firmó una ampliación de contrato hasta 2006,. pero en su primer verano quiso forzar una salida a Osasuna. Se quedó un curso más, pero la relación con el club ya no era fluida y el contrato se rompió.
Caparrós llegó para hacerse cargo de un equipo al que se le habían marchado Mauro Silva y Fran. Antes de que acabase el primer mercado se traspasó a Luque y a Pandiani. El lugar de Mauro lo ocupó De Guzmán. Para suplir al diez se promocionó a dos excelentes canteranos que no llegaban a la condición de mitos, Iván Carril y Iago Iglesias. Llegó Taborda para la delantera.
El equipo intentó entrar en la Copa de la Uefa a través de la Intertoto, pero el Marsella le apeó en un polémico epílogo en el Vélodrome. De aquella competición estival es esta foto del técnico tras Víctor en el partido contra el Slaven croata.