Como suele ser habitual en entrenamientos desarrollados a 48 horas de encuentro oficial, el Deportivo de La Coruña rebajó la intensidad de su actividad, en una matinal en Abegondo en la que la finalización —remates a puerta continuos— se fundió con diversos juegos encaminados a crear el mejor ambiente posible en la plantilla.

A partir de las 10.30 horas los jugadores deportivistas saltaron al terreno de juego de los campos II y III de la ciudad deportiva con las bajas por lesión de Víctor García —posiblemente KO hasta final de curso— y de Trilli —molestias en un tobillo—.

Después del pertinente calentamiento, bajo la supervisión del preparador físico Luis Fandiño, el equipo puso énfasis, al igual que el pasado miércoles, en la definición.

Así, todos los futbolistas de campo herculinos sometieron a los porteros, Ian Mackay, Pablo Brea y Alberto, a un auténtico ‘bombardeo’ de disparos entre los tres palos.

Antes de la citada tarea, el cuerpo técnico dispuso una serie de juegos con y sin balón, con el objetivo de fomentar la sintonía en el vestuario de una formación que en menos de un mes deberá afrontar el decisivo playoff de ascenso, jugándose la temporada en dos encuentros que previsiblemente tendrán como escenario el estadio de Riazor.

En esta ocasión, los jóvenes valores blanquiazules Noel, Yeremay y Alberto fueron la representación de la cantera en el ensayo del primer equipo.

Después de poco más de una hora y cuarto de actividad sobre el césped de Abegondo, el plantel herculino completó su día con el paso por las camillas de los fisioterapeutas.

El ‘staff’ técnico deportivista pretende que su colectivo llegue en las mejores condiciones posibles al penúltimo encuentro de Liga, el sábado ante el Valladolid B.