Alfredo Santaelena, autor del gol que dio la Copa al Dépor en 1995: “Metí la cabeza en un avispero, no piensas en nada”
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17º-23º

Alfredo Santaelena, autor del gol que dio la Copa al Dépor en 1995: “Metí la cabeza en un avispero, no piensas en nada”

Alfredo Santaelena, autor del gol que dio la Copa al Dépor en 1995: “Metí la cabeza en un avispero, no piensas en nada”
Alfredo se anticipa a Zubizarreta para marcar el tanto de la victoria | Archivo El Ideal Gallego

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El 24 de junio de 1995 comenzaba un partido de fútbol que se prolongó durante casi 72 horas, pues acabó el martes 27 del mismo mes a las 20.45 de la tarde. Se trataba de la Final de la Copa de Su Majestad El Rey de fútbol que jugaban el Deportivo de La Coruña y el Valencia Club de Fútbol.


A ella llegaban gallegos y valencianos tras dejar atrás a Lleida, Athletic de Bilbao y Sporting de Gijón en el caso de los primeros y el Valencia había eliminado a Corralejo, Salamanca, Real Madrid, Mallorca y Albacete. No hay que olvidar que la temporada anterior el Valencia le había privado al Deportivo de ganar una Liga que acabó empatado a puntos con el Barcelona aunque el golaveraje fue blaugrana.


En esa final, tan larga, el Deportivo, a las órdenes de Arsenio, formó con Liaño en la puerta. Rekarte, Voro, Djukic, Ribera y Nando en cobertura. Aldana, Donato y Fran en medio campo y Manjarín y Bebeto en la delantera. En el minuto 50 Alfredo sustituyó a Aldana y en el 89 Claudio entró por Manjarín.

 
Manjarín marcó el primer gol del partido en el minuto 35 y en el 70 Mijatovic empató para el Valencia cuando el campo estaba desde hacía un tiempo realmente impracticable. Una tremenda tromba de agua cayó sobre el Bernabéu acompañada de una tormenta que rebosaba aparato eléctrico.

El colegiado de la contienda, José María García-Aranda Encinar mandó al vestuario a ambos equipos por unas escaleras y pasillos anegados por completo de agua.


La RFEF dictaminó que el tiempo que restaba por disputarse se recuperara el martes 27. Los equipos prepararon exhaustivamente los penaltis. Restaban 11 minutos de juego. No hizo falta esperar a la prórroga. El Deportivo saca de centro. Recibe la pelota Manjarín a banda cambiada, dribla hacia el interior y manda un centro largo al área valencianista al que salta Alfredo para rematar con la oposición de Juan Carlos, Camarasa y sobre todo del portero Andoni Zubizarreta y… ¡gol! 2-1. Campeón el Deportivo del primer título oficial de su historia, que iba a cumplir 90 años. Primer título hasta que años después el Deportivo —gracias al director de El Ideal Gallego Rubén Ventureira por su investigación— recibió la oficialidad del primero, conquistado en 1912.

Han pasado 30 años y hablamos con el “rematador” de aquella gesta. Porque protagonistas lo fueron todos, incluidos los más de 25.000 aficionados blanquiazules presentes en las gradas.

 

Después de 30 años ¿Qué le viene a la mente…?
Pues tengo recuerdos muy bonitos porque además era el primer título oficial del club. Título que para el club fue muy importante y para mí especialmente por haber marcado aquel gol. Aquellos años que pasé en A Coruña fueron maravillosos. Deportivamente el año anterior se nos resistió el tema de la Liga y tuvimos el premio meses después con la Copa. Hicimos felices a mucha gente.

 

¿Qué piensa en un momento así?
Piensas en lo que has hecho. Piensas en celebrar el gol con tu gente y tus compañeros. Me acuerdo que fui corriendo a la banda a buscar a Claudio, porque era mi compañero de habitación, y luego a los demás; Manjarín, Bebeto... todos. Sí que pienso que Claudio y yo habíamos hecho una promesa (se pondrían un pendiente) si ganábamos. Te acuerdas de tu familia, de tu padre, de tu mujer, de tu madre, de tu hermano, bueno, de la gente más allegada porque al final son los que siempre han estado conmigo.

 

Alfredo celebra el gol al Valencia Archivo

 

Un gol delante de algunos que defendían que le sacaban una cabeza.
Yo era un jugador que actuaba de delantero. Siempre hice goles en juveniles y a medida que fui subiendo de categoría la cosa cambia. Cuando me ficha el Atlético de Madrid empiezo a jugar más en banda. Claro, arriba estaban Futre, Manolo, Baltazar, y al final te vas desplazando más al lateral. Y cuando llego al Deportivo me pasa un poco lo mismo. Jugaban Claudio, Bebeto, Manjarín y claro. Pero yo era un futbolista que tenía gol y en esos partidos estaba muy motivado. Manjarín dribló hacia dentro, la pone a pierna cambiada al segundo palo, le cojo bien la espalda a Juan Carlos (lateral leonés del Valencia) hago un control orientado con el pecho y busco el balón. Zubi sale, dicen algunos que tarde, creo que no, que está donde tiene que estar, y yo de siempre fui rápido de piernas y en el momento que el balón va arriba doy ese salto que le pego con el lateral de la cabeza anticipándome al portero. Olfato de gol y me vino bien. Metí la cabeza “en un avispero”, no piensas en nada y…

 

Alfredo ya había conseguido antes de aquella dos Copas del Rey con el Atlético de Madrid. En 1991 marcó en la prórroga contra el Mallorca y a la temporada siguiente participó en el triunfo frente al Real Madrid. Para el Deportivo fue la primera Copa. Para Alfredo era la tercera.

 

Estaba usted algo acostumbrado a esto.
Ser campeón nunca es fácil. Pero siempre digo que aunque parece que a la Copa hay gente que no le da valor, pero para mí es un torneo muy bonito, el torneo del KO. Y cuando ganas te hace gran ilusión. Tuve la suerte en el 91 de marcar también. Sobre ese tema siempre recuerdo estar con mis amigos del pueblo con 14 o 15 años y vi marcar en el Mundial 82 en la final a Tardelli y les dije: “algún día yo marcaré un gol como ese”. Estaba creo que en juveniles, en el Pegaso. El destino hizo que metiera el gol al Mallorca en la prórroga y ganar en primer título de la era Gil (Jesús Gil) y luego el del Deportivo, que también fue el primer título del club. Este fue en el fondo norte y el otro en el sur del Bernabéu. Yo huelo un partido importante y se puede contar conmigo.

 

Jaime, Elduayen, Paco, Manjarín, Donato y otros que fueron compañeros suyos se quedaron en A Coruña. ¿Qué tiene la ciudad?
Hay un aura de muy buena sintonía. Yo he tenido la suerte de vivir cinco años en A Coruña y he tenido también la fortuna de estar en un club que en aquella época está en auge, está creciendo mucho, tanto como la parte deportiva como la institucional. Hay un ambiente fenomenal. Los resultados acompañaban. Eran buenos. Salías por la noche a tomar una copa al Chic o al Chevalier y no pasaba nada porque le gente estaba contenta porque el equipo ganaba. Te hablo en el tema deportivo. En el personal fíjate que yo me compré un piso en A Coruña aunque no me quedé a vivir porque la familia la tengo en Madrid, pero estuve cinco temporadas que viví muy bien allí, la gente me tenía cariño, que es algo mutuo porque a mí me pasaba lo mismo hacia ellos. Tengo muchos amigos allí. Pero es que A Coruña tiene algo especial. Que te engancha. Una ciudad muy acogedora. Yo acostumbrado a Madrid los primeros días estuve en la plaza de A Gaiteira e iba andando a Riazor a entrenar y llegaba tan pronto que todavía estaba cerrado. Era todo tan normal. Con la gente, con los periodistas. El ambiente era muy bonito de vivir. En el vestuario me recibieron y me trataron fenomenal y luego tuve un entrenador como Arsenio, que era una especie de segundo padre. Y otros como Carlos Ballesta, Franganillo, Susiño (Suso Méndez) que no sé si está jubilado ya, me acuerdo de Fino, que falleció, aunque hablo con su hijo, me acuerdo de Antonio ‘el gitano’, de Barritos (delegado). Ya te digo, fueron años muy bonitos. Y ahora lo único que espero es que vuelva cuanto antes a Primera.

 

“Coruña tiene algo especial” le salió de forma espontánea, parafraseando el “Sevilla…”, curiosamente a la ciudad a la que se marchó tras irse del Dépor. Leímos el listado de equipos en los que jugó y a los que entrenó y apuntó que nos faltaba uno. La selección china sub-14, que estaba entre China y Madrid, con la que estuvo un año.


Siempre me ha gustado que mis equipos jueguen bien al fútbol. Tener el balón más que el contrario. Pero ya sabes que en el fútbol lo que cuenta al final es el resultado. Las exigencias futbolísticas se centran en eso. He tenido equipos que jugaban fenomenal pero al final no tenían suerte y el resultado era adverso. Lo que tengo claro es que cuanto mejor se juega al fútbol más opciones tienes de ganar y es lo que intento inculcar a mis equipos. Por ejemplo ahí me parezco bastante a Paquito (Paco Jémez) que mantiene esas características entrenando.

 

Imagínese que le llama el director deportivo del Deportivo y le pregunta si quiere ser entrenador del Depor, ¿Qué diría? ¿Qué sensaciones tendría?
Para mí sería una alegría inmensa. Yo siempre he esperado una oportunidad en un equipo como el Deportivo de La Coruña. Si me lo ofrecieran sería una alegría tremenda, felicidad. Curiosamente cuando estaba con la Selección sub-14 de China ahí si que me llamó Carmelo del Pozo (director deportivo del Deportivo 2018-2020) pero para el segundo equipo que no recuerdo si estaba en Segunda División B (ahora Primera RFEF) o en Tercera División. Esa es la única llamada que he tenido yo del Deportivo, pero al final no hubo ese feeling… Pero la verdad, qué duda cabe, que sería el más feliz del mundo de poder ir a entrenar al Deportivo de La Coruña, todavía soy joven para ser entrenador, tengo 57 años y me encantaría ir. He estado como jugador y estaría bien ir como entrenador.
 

Alfredo Santaelena, autor del gol que dio la Copa al Dépor en 1995: “Metí la cabeza en un avispero, no piensas en nada”

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