1-1. Quiles siembra el empate y el miedo
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17º-23º

1-1. Quiles siembra el empate y el miedo

1-1. Quiles siembra el empate y el miedo
Lucas Pérez, en el partido de Pontevedra | ALFAQUÍ

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El Deportivo cerró la fase regular de Primera Federación en vilo. En el marcador, un empate insuficiente para ser tercero, el enésimo traspié a domicilio, aunque con el consuelo de ver al equipo reaccionar tras el golpe. Lo obró Quiles, que cambió la cara a los blanquiazules. Revolucionó el ataque el onubense, anotó su decimosexto gol en un penalti que provocó Lucas y se lesionó la rodilla. El deportivismo está en vilo. Parece preocupante y corre riesgo su participación en un playoff en el que los deportivistas se medirán al Castellón (con la vuelta en Castalia) en busca de un ascenso que ya ha rubricado el Racing de Ferrol como campeón de grupo.


En Pasarón, Mella se estrenó como titular después de haber debutado como suplente ante el Algeciras, y con él compartieron once, entre otros, Trilli y Yeremay. Abegondo recupera el pulso de la mano de Rubén de la Barrera tras el ostracismo al que condenó a la factoría blanquiazul Óscar Cano. Cierto que en Pasarón no había demasiado en juego (la aspiración de acabar en el podio), pero para el deportivismo, y para los canteranos es una satisfacción ver que emergen en el primer equipo. Le da sentido al trabajo que se hace en la base. 


Esta vez Álex Bergantiños se quedó en el banquillo y De la Barrera no quiso arriesgar con los apercibidos de sanción (Soriano -que ni siquiera estuvo en el banquillo-, Kuki y Lapeña) ni con Pablo Martínez, con molestias.


En total, el míster blanquiazul introdujo siete cambios en la formación inicial respecto al once de su debut ante el Algeciras: Pepe, Jaime, Raúl, Rubén Díez, Olabe e Isi completaron las permutas junto a Mella.


El Pontevedra, en la despedida de Charles Dias, presionó alto, tapó a los centrocampistas y complicó muchísimo la salida de balón del Deportivo. Rifaron el esférico los centrales y en los primeros minutos los granates se asomaron a los dominios de Mackay sin comprometerle hasta que a los 12 minutos un centro lateral lo cabeceó Charles anticipándose a Jaime y a Raúl, pero el cuero se le marchó alto. Para entonces, el Real Madrid Castilla ya estaba por delante en su visita al Algeciras. 


El Pontevedra le metió un meneo al Deportivo en el primer periodo. Trilli lo pasó mal en defensa, superado por su par, Álex González. Por ahí surgieron casi todos los ataques de los de Juan Señor.  


Hasta el ecuador del primer acto apenas elaboró el Deportivo. A partir de ahí logró asentarse en campo contrario. Fluyeron Lucas y Yeremay, aunque aún les falta acople en el césped, y el equipo coruñés dio, al menos, sensación de peligro que fue a más con un disparo de Mella, con la izquierda, al palo corto, que escupió la madera.


El Pontevedra replicó con un remate de Borja Domínguez desviado a centro de Brais Abelenda desde la derecha. A Churre le perdonaron la amarilla por un clamoroso agarrón a Lucas. Sí la vio Miguel Román por un pisotón al ‘7’ deportivista. 


Los blanquiazules, que vistieron la zamarra dedicada a Galicia, llegaron al descanso con el 66 por ciento de posesión pero con solo un disparo peligroso, el de Mella.


Raúl volvió empanado del vestuario y la pifió a los tres minutos del segundo acto. Intentó pinchar un balón en la frontal del área, falló y Brais Abelenda lo recogió y lo empaló a la escuadra de Mackay. Imparable. 
De la Barrera reaccionó de inmediato con un triple cambio antes de la hora de partido. Entre los sacrificados, el propio Raúl. Entraron Quiles, Bergantiños y Lebedenko. 


El Deportivo mejoró con las permutas. Fue mucho más dinámico en ataque con la vuelta del máximo goleador a los terrenos de juego un mes después de que en Córdoba le fracturaran el pómulo y el suelo orbital izquierdos. 


Poco tardó el onubense en recuperar las sensaciones. Salió con hambre, con ganas, y solo el palo impidió que anotara con la izquierda a pase de Pepe Sánchez. 


Con Quiles animado, Lucas mantuvo el tipo y le sirvió la asistencia al andaluz, que se llenó de balón y envió a las nubes. 


El Deportivo fue a por todas en la recta final del choque. Yeremay demostró su desborde en una baldosa, Svensson pidió penalti de Samu Araujo y el canario apareció de nuevo para provocar otro córner a falta de tres minutos. 
En el descuento, la cara y la cruz. Un disparo de Lucas Pérez lo despejó con la mano Churre. Le costó la expulsión al defensa y Quiles, de penalti, convirtió desde los once metros. Al delantero le duró poco la alegría. Cuando intentaba robarle la cartera a Román, se lesionó la pierna derecha. Y tiene pinta que de gravedad. Intentó regresar al campo, pero no pudo. Preocupación máxima en un Deportivo que cerró la fase regular con empate y que se verá las caras con el Castellón en la primera eliminatoria del playoff. 

1-1. Quiles siembra el empate y el miedo

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