Sobre el verde de Riazor, con la ida de la semifinales del playoff en juego, el Fabril se topó con un entramado defensivo murciano que no pudo desarmar (0-0). Sin embargo, hubo un futbolista que demostró que tenía la llave para hacerlo y que dejó la sensación de que solo el tiempo le impidió abrir la lata. Ese fue Adrián Guerrero, al que Manuel Pablo dio entrada en el minuto 73 en detrimento de Fabi.

El juvenil con dorsal del filial blanquiazul se ubicó en como extremo derecho, donde había estado Mane hasta su entrada, viéndose este relegado al flanco izquierdo. El Fabril tardó cinco minutos en encontrarle, pero en cuanto ocurrió, Guerrero dio el primer aviso a los futbolistas del UCAM Murcia. Alfaro le filtró un pase medido a la espalda de la defensa, el atacante aprovechó su frescura y velocidad y, con un control orientado, se metió en el área rival, arrastrando a los defensores del equipo católico hasta el área pequeña.

Fue ahí cuando se abrió el hueco, y el ‘7’ del Fabril no lo desperdició. Con un giro de tobillo, se la dejó a Kevin, que entraba desde atrás. El burgalés recibió sin oposición alguna, remató mordido y se le marchó fuera.

Justo en la siguiente acción, el extremo juvenil volvió a poner sobre aviso al equipo de Germán Crespo, que se vio obligado a cometer falta para frenarlo. 

Guerrero estaba fresco y con ganas de aportar. Así lo demostró en el minuto 80, cuando Mardones le dio un pase a Kevin, que venía de estar en fuera de juego y la dejó pasar. La defensa del UCAM se relajó y, lejos de dar el balón por perdido, el ferrolano aceleró para buscar una nueva acción de peligro. El lateral rival no tuvo más remedio que echarla fuera, cediendo al Fabril un saque de banda cercano.

Solo cuatro minutos después, Riazor aplaudió una de las mejores jugadas del partido. Nació de las botas del juvenil y su conexión con Mardones. Guerrero recibió en banda y, pegadito a la línea, dejó atrás a su defensor con una finta y un cambio de ritmo. Cedió para el lateral blanquiazul y este, se la devolvió de primeras con un taconazo que levantó de su butaca a toda la afición blanquiazul. El extremo recogió el esférico y enfiló la portería defendida por Ackermann. Cuando la grada ya buscaba celebrar el gol, Guerrero tardó mucho en disparar y Miki Bosch se le echó encima para desviar a córner.

Otra de las ocasiones más claras del Fabril nació de una falta provocada por José Ruiz. El ‘7’ blanquiazul usó su poderío físico para proteger el esférico y el lateral del conjunto católico usó sus brazos de manera ostentosa para frenarlo. De ese tiro libre escorado salió un centro de Marotías directo a la cabeza de Garrido, que no pudo rematar con claridad para perforar la meta murciana.

No fue la última acción prometedora del juvenil. Ya en el tiempo de descuento, Alfaro volvió a filtrarle un pase a la espalda de la defensa. Guerrero apuró hasta la línea de fondo y colgó un centro medido para Kevin, que se la acomodó y disparó desviado.

Más tiempo

Entre las continuas pérdidas de tiempo y las protestas al colegiado, no hubo minutos para más. Y todo Riazor se quedó con la sensación de que Guerrero solo necesitó más minutos para poder ofrecer más. Aún así, en los 17 minutos que estuvo sobre el verde, el extremo se mostró muy incisivo por banda derecha y se vació para intentar llegar a La Condomina con un resultado favorable. Dejó destellos de calidad que obligó a los futbolistas del UCAM a recurrir a las faltas para frenarlo y, con su entrada, llegaron las ocasiones más claras para el Fabril.

Sacó a relucir su potencial ofensivo y, a pesar de estar aún en edad juvenil, demostró no amedrentarse ante retos de mayor categoría. Así se lo permite su poderío físico. 

No era necesaria una carta de presentación, aunque Guerrero, con su actuación sobre el verde de Riazor, presenta su candidatura a ser titular en la vuelta, el próximo sábado (19.00 horas) en La Condomina. O como mínimo, a contar con más minutos si el Fabril necesita goles.

Primer equipo

No es la primera vez que Guerrero llama a la puerta del primer equipo del Deportivo. El año pasado ya estuvo en alguna que otra sesión de entrenamiento bajo las directrices de Idiakez. Por lo de pronto, su desparpajo ante el UCAM Murcia le sirvió para entrenar el pasado lunes a las órdenes de Gilsanz. Y quién sabe si su buen rendimiento en esta temporada —siete goles y dos asistencias con el Fabril— le abre la puerta a, como mínimo, realizar la pretemporada de la 2025-26 con el primer equipo.

El Deportivo tiene a una de sus perlas, formada íntegramente en Abegondo, atada hasta junio de 2028. El extremo firmó su renovación con el club blanquiazul el pasado julio y no sería de extrañar ver cómo sigue escalando peldaños en las siguientes campañas.