La Federación Española efectuó recientemente una reestructuración en las categorías de fútbol femenino con el objetivo de aumentar la igualdad y la competitividad. Más allá del caos y los daños colaterales producidos en el proceso, la RFEF ha conseguido lo que quería. Al menos en la parte alta de Primera Federación Femenina, donde diez equipos está agrupados en tan solo siete puntos de diferencia y comenzarán el 2023 con opciones de luchar por las dos plazas de ascenso, una directa y otra vía playoff, a Primera División.
El Deportivo Abanca finalizó el 2022 en el segundo puesto, con 25 puntos, a solo uno del actual líder, el Eibar (26). El conjunto blanquiazul cuenta con una mejor diferencia de goles que otros dos equipos con 25 puntos: Cacereño, tercero, y Osasuna, cuarto.
El único equipo de estos diez primeros clasificados cuya pelea no es la del ascenso es el Barcelona B, quinto con 23 puntos. El filial azulgrana no podría subir a Primera División porque su primer equipo ya está en la máxima categoría.
Por debajo del Barça B se encuentra el DUX Logroño, sexto, y el Granada, séptimo, ambos con 22 puntos. Con 20 está el AEM en la octava posición, mientras que Espanyol y Fundación Albacete son noveno y décimo, respectivamente, con 19 puntos.
Irene Ferreras, entrenadora del Depor Abanca, aseguró en la rueda de prensa previa al último partido ante el Juan Grande (1-1) que su pensamiento es que la igualdad en la parte alta de la tabla se mantendrá hasta el final de la temporada.
“No me sorprende que los rivales se vayan dejando puntos porque el nivel de la categoría es muy alto. Esto se va a mantener durante todo la temporada. Estamos preparando al equipo mentalmente para que sea capaz de competir dentro de un escenario muy exigente donde se pueda fallar muy poquito”, comentó Ferreras, que ayer dio vacaciones a su plantilla de cara a un exigente 2023.
