Vujadin Boškov, un entrenador del pasado siglo, definió el deporte rey con la genial frase ‘fútbol es fútbol’.
Cualquier persona que tenga algo de interés por el balompié comprende al escuchar esta máxima todo lo que engloba esta actividad, en la que once contra once futbolistas se enfrentan sobre un rectángulo de juego después de que el colegiado de turno ordene el comienzo de un encuentro tras el pitido inicial.
El fútbol actual ha alcanzado unos niveles tan grotescos que lo dicho por el técnico serbio podría aplicarse en sentido contrario y nadie al escuchar ‘antifútbol es antifútbol’ se horrorizaría. Un ejemplo es el Atlético de Madrid, que en el mes de agosto era el gran favorito para ganarlo todo esta temporada y hoy luchará por evitar su eliminación en la Liga de Campeones.
La evolución en el juego rojiblanco desde la llegada de Diego Pablo Simeone a su banquillo (2011) ha sufrido constantes vaivenes, provocando decepción tras decepción por las expectativas generadas y nunca consumadas a pesar del título liguero conquistado en el último curso.