Ni el Real Madrid, el líder de la clasificación, ni el Atlético de Madrid, el actual campeón, ganaron en la séptima jornada de LaLiga Santander, sostenido el conjunto blanco por momentos por Thibaut Courtois ante el Villarreal (0-0) y doblegado sin discusión el equipo rojiblanco por el último, el Alavés (1-0), para el beneficio del Sevilla, que venció al Espanyol.
Después del batacazo del bloque de Diego Simeone, una caricatura del que fue campeón hace tan solo cuatro meses, el colectivo dirigido por Carlo Ancelotti tampoco aprovechó la ocasión de abrir brecha al frente de la tabla. Tiene un punto más de ventaja, ahora tres, sobre el segundo, ahora el Sevilla, pero pudo llegar a cinco.
No lo hizo porque su compromiso fue contra el Villarreal, que ya a punto estuvo de vencer en el Wanda Metropolitano y que también se postulo para ello en el Santiago Bernabéu, frustrado por las paradas de Courtois, alguna extraordinaria, y resistente cuando el Real Madrid retomó la ofensiva, con lo que supone para cualquier rival, cuando surgió Gerónimo Rulli para aguantar las últimas embestidas.
Es un ejemplo de que nadie se siente incontestable en este inicio de temporada, con más impacto aún en el actual campeón de la Liga, el Atlético, justo cuando más potencia se le intuía, con los refuerzos de Antoine Griezmann, Rodrigo de Paul o Matheus Cunha. Había disimulado sus contradicciones con los resultados, 14 de 18 puntos posibles, sin una sola derrota, hasta que visitó al Alavés.
El último de la fila hasta este sábado redujo al Atlético a la nada. No hay excusas ni matices para el conjunto rojiblanco, descubierto su farol de las primeras citas con un gol en el minuto 3 de Víctor Laguardia, que propuso todo el alma en el remate, toda la determinación, toda la concentración, que le faltó a su adversario.
En una acción a balón parado, tan rápido, el partido se transformó en un ejercicio frustrante y estresante de impotencia del Atlético, cuyo batacazo, indudable, no fue aún más ruidoso porque el Alavés perdonó lo que no hubieran perdonado Luis Suárez, Antoine Griezmann -jugó otro partido gris, pero por primera vez no fue sustituido en su segunda etapa- o Ángel Correa, el mejor de todos los rojiblancos cuando surgió del banquillo. Nadie cambió el 1-0.
Una seria advertencia para el Atlético. Un desafío para Simeone. Un alivio para Javi Calleja. Y para el Alavés, que ya gana en este curso. En contraste, ya pierde el campeón, cuya primera derrota enciende las alertas cuando asoman el Milan, el martes en un choque crucial en la Liga de Campeones, y el Barcelona, el próximo sábado.
Ya lo ha alcanzado el Sevilla, que no sólo se sostiene invicto, sino que encadenó su segundo triunfo. Ganó al Espanyol por 2-0. Yousseff En Nesyri, que fue luego sustituido por lesión, ya en la segunda parte, desató la victoria, goleador en el minuto 13, para acomodar al conjunto andaluz en el podio de la clasificación.
Después, la expulsión de Thomas Delaney, con dos amarillas en un minuto, agobió al bloque de Julen Lopetegui, resistente y certero para sentenciar el inquietante duelo con el 2-0 de Rafa Mir en el minuto 87. El atacante, fichado este verano desde el Wolverhampton, ha marcado dos goles en 149 minutos con el Sevilla, que es segundo.
Ni Valencia ni Athletic ganan desde la cuarta jornada de LaLiga Santander. Dos derrotas lastraban al primero, el 0-1 de esta misma semana en casa contra el Rayo Vallecano presionaba al segundo y el 1-1 con el que terminó su duelo en Mestalla no reconforta ni a uno ni a otro, si acaso al bloque local, que igualó en el minuto 94. Y con diez, porque Maxi Gómez había sido expulsado con 0-1 en contra.
El gol del Athletic lo había anotado Íñigo Martínez, con un testarazo de manual al que no alcanzó nadie en el minuto 69. El 1-1 fue del brasileño Marcos André, reivindicado contra las críticas en el 94, al remachar una buena jugada colectiva. Nada se habría entendido sin dos palabras milagrosas de Unai Simón, primero con 0-0, o de Jesper Cillesen, después, en el 95, ya con el 1-1.