Ya tenemos calendario para el Deportivo. Ha salido de los últimos, como corresponde a la categoría que ocupa actualmente. Pero no faltan algunos que ya han empezado a hacer cálculos sobre lo que se avecina, que, por otra parte, no se puede ni pronosticar. Pero hay que tratar de iniciar la competición con un aire de optimismo que ayude a afrontar los retos que muchos aficionados (entre los que me incluyo) no conocen con detalle, debido a esta modificación de algunas competiciones para complacer los caprichos de Rubiales, que se cree que va a marcar una época con su gestión. En el fútbol, como en la vida social en general, te haces con una mayoría y parece que estás legitimado para hacer lo que quieras. Y los que vengan detrás, que apenquen con la herencia que dejas sea buena o mala.
El calendario de esta nueva Segunda División B es asimétrico, como está de moda. Nadie ha explicado hasta ahora las ventajas de esta modificación que ha traído Rubiales (como otras tantas), pero sí evita que los aficionados se aprendan de memoria al menos la segunda vuelta de la competición, como ocurría antes. Este tipo de calendarios era habitual únicamente en la Premier League, pero ya se sabe que los ingleses son muy suyos y todavía piensan que lo raro es que todos conduzcan por la derecha y no como ellos.
Pero no nos desviemos del asunto deportivo. Los entendidos (dentro del club) y los seguidores (que todavía los hay) siguen de cerca los refuerzos, que, en el momento de escribir estas líneas, son ocho. Vienen bien caras nuevas, independientemente del rendimiento que puedan dar después a lo largo del curso, porque eso sirve también para ilusionar a la afición, como ha ocurrido siempre en los comienzos de temporada.
Tengo que confesar que apenas conozco a uno o dos de los futbolistas que acaban de llegar a Riazor, pero se supone que el nuevo ‘staff’ técnico los tiene bien controlados futbolísticamente.
De cualquier forma, todo se está poniendo a punto para el segundo asalto, en el intento de salir del “pozo”. Parece que los obstáculos son cada vez más complicados, pero eso ya se sabía desde el momento en que se puso pie en esta categoría. Esperemos que esta vez, en el segundo intento, haya suerte para que rabien quienes tengan que rabiar, los que ahora están felices porque ni siquiera le dan cancha a la institución.