Francisco Javier Sánchez Vigo, más conocido en el mundo del fútbol como Javucho, cumplirá el próximo 28 de junio 41 años pero ya no lo hará sobre el terreno de juego. El eterno defensa del Atlético Arteixo colgó las botas después de jugar el pasado domingo su último partido en Ponte dos Brozos frente al San Tirso (1-1). Formó parte del once titular y fue sustituido entre aplausos en el minuto 89 como cierre de una larga y exitosa carrera en varios equipos (Sporting Burgo, Sporting Meicende, Brexo Lema, Dorneda y Soneira) entre los que destaca el club rojiblanco, la que ha sido su casa en los últimos diez años.
¿Por qué decides colgar las botas?
Porque creo que ya he dado todo lo que tenía que dar en el fútbol aficionado. Físicamente ya me cuesta bastante y mentalmente toca desconectar y descansar. Son muchos años jugando, mucho sacrificio y entrega, pidiendo innumerables favores en el trabajo y quitándole mucho tiempo a la familia y es hora de poder dedicarles todo el tiempo que se merecen.
¿Cómo te sientes después de haber jugado ya tu último partido con el Arteixo?
Muy tranquilo, orgulloso del trabajo realizado y muy seguro de haber tomado la decisión acertada.
¿Cómo fue ese último partido? ¿Qué sentiste en el campo, cuando fuiste sustituido y después del encuentro?
Fue un partido muy especial para mí. Antes de empezar se me pasaron por la cabeza muchísimos recuerdos. Después, durante el partido intenté concentrarme y pude competir como siempre lo he hecho. Lo mejor fue el momento del cambio. Escuchar los aplausos de la gente, de los compañeros y sobre todo de mi familia hizo que me emocionara mucho. Al acabar lo que sentí, fue satisfacción, tranquilidad y orgullo del deber hecho.
¿Te dio pena despedirte jugando un partido sin nada en juego y sin apenas público?
Ojalá nos estuviéramos jugando el ascenso y lo consiguiéramos, pero no pudo ser y es una pena. Pero para mí, fue una gran despedida ya que en el 2017, después de operarme de la espalda, me prometí a mi mismo que me retiraría en el verde, delante de mi hijo, mi mujer y mi familia, y por suerte pude cumplirlo.
Es difícil resumir tu carrera en pocas palabras pero si tuvieras que hacerlo, ¿cómo sería?
Pasión, siempre comprometido, sin regatear ningún esfuerzo, respetando, ayudando y dando siempre lo mejor para el equipo.
¿Qué ha significado y significa el Arteixo para ti?
Ha sido mi casa estos últimos diez años, siempre me he sentido querido, valorado y se me ha respetado. Eso dice mucho del club, no podría haber elegido mejor lugar para jugar. Sé que siempre será mi casa y siempre tendré las puertas abiertas. Solo espero haber podido transmitir a los más jóvenes, aunque solo sea un poquito, los valores que me han acompañado siempre y me han hecho disfrutar de este deporte. Eternamente agradecido al club y a sus aficionados.
¿Cuál ha sido el mejor momento de tu carrera?
He tenido muchos y no podría quedarme con uno solo. Los mejores serían el ascenso a Preferente y la primera Copa de la Costa con el Soneira y, claro está, el ascenso a Preferente y la Copa de A Coruña en Riazor con el Arteixo, eso no se me olvidará nunca.
¿Y el peor?
La operación de espalda en el 2017. El neurocirujano me dijo que tenía que dejar el fútbol, fue muy duro, pero me negué a aceptarlo y gracias a Camilo y su clínica ‘maSSalud’, trabajando muy duro, conseguí volver.
¿Te ha quedado la espina de no haber podido jugar con el Arteixo en Tercera?
Más que la espina de jugar, lo que me habría gustado es dejar al equipo en Tercera División, que es lo que se merece, como mínimo.
¿Cómo crees que te recordarán tus rivales?
Habría que preguntarles a ellos (risas), pero creo que me recordarán como un jugador supercompetitivo, muy intenso y fuerte en las disputas, pero por encima de todo, honesto y respetuoso con todos.
¿Cómo se consigue jugar hasta casi los 41 años en Preferente?
Con amor y pasión por lo que haces, entrenando muy duro, con mucho sacrificio y muchísimo esfuerzo.
¿Con qué compañero y con qué entrenador te quedas de toda tu carrera?
He tenido grandísimos entrenadores y compañeros que a día de hoy son mis amigos, pero si tengo que destacar a alguien, sería, como compañero a Chechu y como entrenador a Miguel Figueira.
¿Y ahora qué? ¿Jugarás en Veteranos?
Ahora toca descansar, pero si el cuerpo aguanta, seguro que algo aún jugaré (risas).