Se cumplieron los pronósticos. El Rápido-Cerceda no pasará a la historia. Las raquíticas dimensiones del terreno de juego y el estado del césped artificial condicionaron el desarrollo del partido. Pese a todo, el equipo rojiblanco cumplió y salió vivo y con un punto en un nuevo derbi gallego en la categoría de bronce.
\“Parecía un partido de vólei\”, expresó Tito Ramallo en declaraciones a este diario al terminar el partido. El técnico rojiblanco resumió muy gráficamente lo que fue el duelo de debutantes en el Baltasar Pujales: fútbol directo, juego aéreo y balón parado; poca fluidez y continuidad con balón.
El Cerceda sí logró minimizar el impacto del Rápido, que aprovecha como nadie las circunstancias del terreno. No en vano está en casa. \“Creo que el equipo se adaptó bien y neutralizamos bastante al Rápido. Diría que fue el partido en el que produjo menos acercamientos\”, se felicitó Tito.
En una primera mitad igualada y sin grandes ocasiones, la mejor fue para el Cerceda con un remate de Gorka Luariz al larguero. El delantero tuvo que pelearse con los centrales locales y, pese al desgaste, generó algunas de las mejores oportunidades para su equipo.
La nota negativa para el conjunto cercedense en la primera mitad fue la lesión del central Uxío Marcos. El canterano del Deportivo se retiró en el minuto 27 con unas molestias que, según la primera evaluación de los servicios médicos, podría estar derivada de un pinzamiento en el nervio ciático. Ramallo relevó al defensa coruñés por Agulló y el equipo aguantó hasta el descanso con el marcador inicial.
La película cambió en los primeros minutos del segundo acto. En un saque de esquina que el Cerceda no defendió con la intensidad suficiente, el balón acabó, en segunda jugada, muy cerca del área pequeña. Allí estaba Carlos Pereira, de espaldas a la portería, que muy ágil se sacó una especie de chilena para batir a Magu.
Menos es más. Y es que el Rápido apenas había generado peligro sobre la portería rojiblanca, pero estaba por delante en el marcador. El tanto inicial obligó a variar ligeramente el planteamiento visitante.
El Cerceda adelantó la presión con más hombres en campo rival. Arriesgó y le salió bien. El gol del empate llegó a quince minutos del final en otra jugada a balón parado. Fue en una lejana falta frontal, Axel rescató el balón en las inmediaciones del segundo palo y Kike Pérez batió por bajo a Brais con un remate dentro del área pequeña.
El tanto del empate hizo justicia. El Cerceda vio, además, como le anulaban dos goles, el primero por indiscutible posición de fuera de juego del extremo Dani Ponce; el segundo, ya no tan claro, por un polémico ‘offside’ señalado sobre Gorka Luariz.
Con este empate, el segundo consecutivo para los rojiblancos, el Cerceda suma ya 14 puntos de 24 posibles. Un comienzo de temporada que casi nadie se podía imaginar. La próxima semana, otro partido fuera de casa: será el sábado ante el Valladolid B.