Tour de Francia (XIV): Liberté, égalité, fraternité
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Tour de Francia (XIV): Liberté, égalité, fraternité

Tour de Francia (XIV): Liberté, égalité, fraternité
Tourmalet Bareges (France), 20/07/2019.- French President Emmanuel Macron (C) applauds France's Thibaut Pinot winning on the finish line of the fourteenth stage of the 106th edition of the Tour de France cycling race between Tarbes and Tourmalet Bareges,

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Alaphilippe sigue soñando. Y también Pinot. Y el país entero con sus dos chicos de la Francia profunda, alegres y fuertes, los dos más fuertes del Tour. Ni el Movistar, que ordenó zafarrancho en el Soulor y se diluyó en el Tourmalet, ni el antaño intocable Ineos, que flaquea como su líder Thomas, nadie puede con ellos. “Quiero dar las gracias a Julian y a Thibaut. Nos están entusiasmando. Estamos batiendo récords. Espero que venzamos la maldición y veamos a un francés de amarillo en los Campos Elíseos”, declamó Macron, presidente de la República, que aplaudió y abrazó a los héroes de la patria en la meta.

Alaphilippe nació hace 27 años en Saint-Amand-Montrond (9.830 habitantes), en el mismísimo centro de Francia, y es hijo de un cantante de orquesta. El padre de Pinot (29) es el alcalde de Mélisey (1.730), un pueblo a los pies de los Vosgos y cerca de la frontera con Suiza. Descendientes de la belle France, la más pura y orgullosa, tradicional y trabajadora, no vivieron el último triunfo galo en el Tour, el de Hinault en el 85.

Los dos se aliaron camino de Saint-Éttiene: Loulou saltó del pelotón para recuperar su querido maillot amarillo que le impulsa y solo le siguió Pinot, que no escatimó en los relevos. El líder pareció devolverle el favor en el Tourmalet: victoria de etapa para el escalador del Groupama, que suma otra cima de prestigio a su palmarés. Ya ganó en Alpe d’Huez (2015) y los Lagos de Covadonga (2018).

El Cóndor no levanta el vuelo

En el día de la Independencia de Colombia se habló francés. Y eso que Bernal, Urán y Quintana empezaron el día en el Top 10 y con ganas de batalla. El peor parado fue Nairo, que pasó de la novena a la 14ª posición en la general tras perder casi tres minutos y medio con el vencedor. Adiós, otra vez, a su sueño amarillo: “Está claro que no he tenido un buen día. Ahora seguimos adelante con Mikel (Landa) y Alejandro (Valverde), hay que apoyarles”, admitió.

El Cóndor no levanta el vuelo en el Tour y lo pagó su equipo, el español Movistar. Fue el que aceleró la carrera en el Soulor con el abnegado Amador, eliminó a Bardet (un alma en pena) y a Yates (Adam, el menos bueno) y continuó en el valle con el voluntarioso Verona. Ya en el Tourmalet irrumpió Soler con una marcha más, pero mientras él tiraba por delante, Quintana se quedaba por detrás.

Abortó Movistar y apareció por primera vez el Ineos, hasta el momento inédito en cabeza del pelotón. No se conformó Pinot con el trantrán del escuadrón británico y mandó apretar a su fiel Gaudu, otro francés volador, de 22 años, el campeón del futuro. Se resquebrajó el grupo, cedieron Mas (no será su Tour), Porte (ya tardaba) y Valverde (el mejor español en la general).

La debilidad de Thomas

Al filo de los 2.000 metros y en los tres kilómetros finales, lo más duro de la subida, entró en escena el Jumbo del neerlandés Kruijswijk (el tapado). Titubeó el dorsal 1, Thomas, que ya no es el duro y resistente líder del año pasado y en meta se dejó 30 segundos. No le esperó Bernal, que aguantó casi hasta el final, como el inesperado alemán Buchmann y el impasible Landa.

El escalador vasco se quedó sin fuerzas y sucumbió al rush de Pinot, inalcanzable para todos. No respondió Alaphilippe, que se aseguró unos segundos de bonificación y un día más de amarillo, uno menos hasta París. Liberté, égalité, fraternité.

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