Después de conseguir "el sueño" de colgarse un oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la nadadora española Mireia Belmonte ha asegurado que, como deportista, "nunca te puedes acomodar con lo que tienes y siempre tienes que querer más", una receta que aplicará en los Mundiales de Budapest.

A un día de emprender el vuelo para disputar la cita mundialista, la nadadora de Badalona ha explicado que su objetivo es llegar, por lo menos, a la final de las seis pruebas que disputará: 400 libre, 800 libre, 1500 libre, 200 mariposa, 200 estilos y 400 estilos.

"Mi sueño era el oro olímpico y ahora lo que tengo son objetivos, porque nunca te puedes acomodar con lo que tienes y siempre tienes que querer más. Para acabar de completar mi palmarés, me gustaría retirarme con todo lo que se pueda hacer en la natación", ha explicado en la jornada de puertas abiertas a los medios de comunicación antes de los Mundiales de Budapest.

Después del oro olímpico en los 200 metros mariposa, a Belmonte le falta ganar una prueba de unos Mundiales de piscina larga, algo que no descarta, si bien prefiere centrarse en el día a día de la competición.

"El objetivo principal es estar en las seis finales de las pruebas que nado, cosa que no es fácil, y una vez en la final, si hay suerte y podemos hacer una buena carrera, conseguir el oro", ha admitido.

A pesar de que es un año postolímpico, la nadadora catalana ha apuntado que llega "muy bien" a Hungría: "Tuve dos meses de vacaciones y fue suficiente para desconectar tanto físicamente como mentalmente. Así que intenté seguir con la misma rutina que el año olímpico. No me costó mucho empezar de nuevo".

Si bien en Budapest no competirá en la prueba de aguas abiertas, Belmonte mantiene la idea de disputar tantas pruebas como sea posible, algo que, según ha analizado, tiene aspectos positivos y negativos.

"Lo bueno de tener tantas pruebas es que si una no me sale bien, tengo muchas más oportunidades. También hay una parte mala, ya que son muchas pruebas y cuesta recuperarse, pero tengo la experiencia de muchos años haciendo esto y tengo la capacidad de conectar y desconectar muy rápido", ha agregado.

En el agua, la medallista olímpica española coincidirá con la estrella local Katina Hosszú, quien se colgó 3 oros en Río, y la estadounidense Katie Ledecky, vencedora en los últimos Juegos Olímpicos de cuatro pruebas.

Estrellas consagradas de la natación mundial a las que Belmonte respeta, pero a las que no teme: "Son grandes estrellas, pero todo el mundo puede fallar algún día. No tengo ningún miedo a competir contra ellas".

En este sentido, ha destacado que al tratarse de un año postolímpico puede producirse alguna que otra sorpresa, especialmente en los 200 metros mariposa, prueba en la que se perfila como una de las favoritas.

"Al ser postolímpico siempre sale mucha gente joven y hay que intentar pasar en las primeras posiciones en la semifinal y después, en la final, si llego, saber cómo es cada nadadora y saber donde apretar", ha enfatizado.

Belmonte, que viaja mañana a Budapest junto a sus compañeros del equipo español de natación, empezará la competición el próximo 23 de julio con la disputa de dos pruebas (200 estilos y 400 libres), una jornada que, según ha reconocido, será la más difícil de los Mundiales.

"El primer día sí que es el más complicado porque tengo los 200 estilos y los 400 libres. Voy a pagar un poco el cansancio y después, creo que con una prueba al día puedo hacerlo bien", ha zanjado.