Que el presidente de un club y el alcalde del pueblo no se lleven del todo bien, no es extraño. Que el presidente de un club y su alcalde se lleven como el perro y el gato, tampoco. Que el presidente y el alcalde entren en una guerra por diferentes motivos, también podría suceder. Pero que el presidente del Boiro, que ayudó, en buena medida, a Juan José Dieste a ser alcalde de Boiro, tengan tantos problemas no es tan normal.

El Boiro tiene que hacer frente a cerca de 100.000 euros esta semana para no descender a Segunda División B. Las denuncias de la gran mayoría de los futbolistas que la plantilla que entrena Fredi esta temporada han hecho saltar las alarmas en una última semana de junio que puede ser de auténtico infarto en el concello de Boiro.

David Places reclamó más ayudas del Concello de Boiro, algo que en teoría le abría negado Dieste y el alcalde responde con que un club profesional no puede depender de las subvenciones de un ayuntamiento y que el Boiro debe tener empresas potentes que lo respalden.

La fricción se agudizó tanto que el Boiro podría descender de categoría si no consigue reunir la cantidad de dinero necesaria para hacer frente a la deuda pendiente.

En las dos últimas asambleas, David Places dejó claro que sin apoyo institucional no seguiría al frente del club. Lo ha mantenido durante varios días, pero el presi del Boiro podría no haber dicho la última palabra. Muchos socios del Boiro siguen confiando en su continuidad.