El Deportivo y el Levante ultiman la cesión de Roóber Suárez Pier, que acepta la condición que el conjunto coruñés le ponía para poder coger por segunda temporada consecutiva rumbo al Levante.

Bajo ningún concepto el club herculino quería perder los derechos sobre el central ni que le quedara solo un año de contrato cuando emprendiera la vuelta a casa, así que la condición sine que non para su préstamo era ampliar el vínculo contractual hasta el año 2020. De este modo, cuando el futbolista vuelva a enfundarse la camiseta blanquiazul tendrá dos años más de relación con el Deportivo.

Solventada esa circunstancia, los clubes liman otros flecos de la operación. Levante y Deportivo han hablado y avanzado sobre ese particular, pero al cierre de esta edición aún no había fumata blanca. En cualquier caso, salvo giro inesperado, todas las partes confían en que la salida del jugador hacia la entidad valenciana quede zanjada en cuestión de días, incluso de horas.

El Deportivo pretendía que fuera una cesión pura y dura, pero el Levante ha intentado que, al menos, se le reserve un derecho de tanteo para hacerse con el jugador en caso de que le quiera retener en la plantilla.

Róber, que este martes seguía a las órdenes de Pepe Mel en la ciudad deportiva de Abegondo, regresó en pretemporada al Depor tras haber ascendido con el Levante a Primera División. En su vuelta a A Coruña había asumido que iba a salir este verano, pero el traspaso de Pablo Insua cambió su rol en el equipo.

Posteriormente, el fichaje de Schär y la continuidad de Sidnei, Albentosa y Arribas en el eje de la zaga alteraron otra vez los planes del jugador de Oleiros. Él dejó claro que en el caso de marcharse otra vez cedido su destino tenía que ser el Levante, algo que está a punto de producirse.