La aparición ofensiva de Ferland Mendy y un disparo desde la frontal con su pierna menos buena, la diestra, en una acción ensayada que debía culminar otro jugador, puso luz al atasco ofensivo de un Real Madrid que salva el momento más duro por las bajas, superando a un Atalanta condicionado por una expulsión, el día que Isco Alarcón se subió a su último tren.
Nadie sabe hasta dónde le dará a este Real Madrid en la Liga de Campeones, pero lo que queda claro es su unión en la adversidad. Zinedine Zidane ha logrado el más difícil todavía. Con nueve bajas. Sin sus grandes referentes. Inventando con lo poco que tiene para elegir, solamente doce jugadores de campo de la primera plantilla. Obligado a tirar del Castilla. Cinco triunfos consecutivos, cuatro porterías a cero en sus últimos partidos.
Anuló las virtudes de un Atalanta que ha ganado fama por su verticalidad y pegada. Ni un disparo a la portería defendida por el belga Thibaut Courtois. Tuvo claro Zidane que no podía salir en Bérgamo al intercambio de golpes estando mermado. Sin su líder defensivo, Sergio Ramos, ni el goleador Karim Benzema. Sin el pulmón del equipo para los duelos de ida y vuelta, el uruguayo Fede Valverde. Las circunstancias le invitaban a protegerse para pensar en la vuelta y apostó por el que menos esperaban. El último tren de Isco partía cuando al malagueño se le daba por perdido.
Su quinta titularidad en una temporada que ha pasado más en las gradas que en el terreno de juego. Su última aparición de inicio de mal recuerdo, en Alcoy en Copa. La sonrojante eliminación ante un Segunda B. Apenas 50 minutos en todo febrero, entrando siempre en la recta final y sin incidencia. En el partido clave del curso apareció Isco y recogió el guante lanzado por Zidane. Sabía lo que debía hacer, el protagonismo que debía tener con el balón, meter cloroformo al vértigo del rival y volvió a brillar.
La figura de Isco como falso nueve provocaría espacios por donde aparecería el físico de Mendy. Desde la calidad en la posesión de balón y la paciencia, irrumpió el lateral francés en ataque y fue derribado al borde del área. Su participación decisiva en las dos acciones claves del partido. El colegiado Tobias Stieler no dudó e interpretó la jugada como indica su Federación Internacional de colegiados en la zona DOGSO, el espacio que resulta de unir los vértices del área pequeña y el área grande con una línea que se extiende hasta casi el círculo del centro del campo.
La zona por la que transitó Mendy que, pese a que su regate fue hacia fuera y no hacia la portería, creaba una ocasión manifiesta de gol.