Seamos francos. El Depor acaba la Liga de la peor manera posible, humillado por la propia patronal a la que pertenece. Empujado al abismo no profesional por un Javier Tebas que tiene la sartén por el mango y en que cuya mano comen el resto de los clubes que configuran el fútbol profesional.
El actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), LaLiga, se ha convertido en el ‘sheriff’ del balompié patrio. Se le considera el ‘conseguidor’, el que ahora mismo llena las arcas la mayoría de los clubes profesionales. Real Madrid y Barcelona, que se llevan mayor porción de la tarta económica de las teles, guardan silencio. Les interesa el ‘reinado’ actual, saben que Tebas tiene el control absoluto sobre el resto, ahora a los pequeños los grandes clubes ya no los ‘convencen’ con cesiones de jugadores. El presidente de la Liga tiene mayor poder, él reparte dinero. Es lo que más se aprecia actualmente en el fútbol profesional. Por eso permiten que Javier Tebas deje que la televisión marque los horarios que le plazca, a pesar de que eso perjudica gravemente a los aficionados. Da igual, los clubes ‘tragan’ porque el dinero de las plataformas televisivas les ayudan a cumplir con la mayor parte del presupuesto. La crisis manda.
A nadie asusta decir que en el fútbol profesional no hay democracia, Javier Tebas tiene el poder. El presidente de la Liga solamente se vio amenazado con la llegada de Luis Rubiales a la Federación, otro gallito. Por eso hay pulso, hasta que hace pocas fechas el Consejo Superior de Deportes, con esto de la pandemia, pidió moderación.
Pero el máximo dirigente de la Liga tiene poder absoluto. Tanto como para decidir aplazar un partido, a pesar de ser un despropósito, y que se dispute el resto de la jornada. Yo no me quiero imaginar que Madrid y Barcelona se están jugando el título y haga lo mismo, no se atrevería. Se lo comerían vivo, pero sí puede permitirse el lujo de faltarle el respeto al resto. Pues eso.