Escucho a algunos jugadores del Deportivo y es que no salgo de mi asombro. Es cierto que hay que quitarle trascendencia a algunas valoraciones y pensar en los objetivos, pero de ahí a justificar lo injustificable media un abismo.
Oigo que en muchos partidos "no ha habido suerte", en otros "el árbitro", en otros "el rival solo se defendió y nosotros fallamos un penalti", en otros "competimos bien al final"... Si queréis aplaudimos, vamos. Hasta que sangren las manos. Y si solo hablaran de fútbol... Pero lo último que me quedaba por escuchar esta temporada a los protagonistas del balón es de traca. Algunos, muy analíticos, hasta aluden al tema presupuestario.
Seamos serios. Si el argumento es el del presupuesto y por eso estamos donde estamos, cogemos al Eibar o al Alavés como ejemplo y hacemos polvo cualquier comparación. Para ponernos colorados.
Si el argumento es el presupuesto cogemos al Eibar o al Alavés y hacemos polvo la comparación
Es la valoración que faltaba por oír a algún futbolista en estos meses de excusas de todos los colores y sabores. El tema económico... Repito, aplaudimos hasta que nos cansemos.
La realidad, a falta de que de una puñetera vez el plantel esté matemáticamente en Primera, es que el colectivo no ha funcionado como tal salvo en auténticas excepciones. No ha habido equipo. Hay jugadores muy buenos, otros menos buenos, pero lo que se dice 'equipo, equipo' no hemos visto en este aciago curso, salvo incido en contadísimas y añoradísimas ocasiones.
La confianza del deportivismo es poca a estas alturas de la función. Lo único que se desea es que se consiga la victoria necesaria... o que el Sporting no gane. Este pensamiento es compartido por todos, incluso por los jugadores, que también lo han hecho público en sus últimas entrevistas o ruedas de prensa, lo que evidencia que la confianza que tienen en ellos mismos es directamente proporcional a la de una afición que este año se puede llevar el 'premio a la paciencia' sin rival. Vuelvo a repetir: si queréis aplaudimos.
