El Deportivo se está autodestruyendo a base de `errores no forzados'. Vamos cuesta abajo y no tenemos frenos. No dudo del deportivismo y la entrega de nadie, pero la realidad nos pone delante de un verdadero caos.
No comparto el discurso del presidente, diciendo que el puesto que ocupa el Depor es anecdótico. Para mí no tiene nada de anecdótico. No comparto señalar a la plantilla que te tiene que salvar, sobre todo cuando se mantiene una relación interna entre futbolistas y consejeros, a veces, fraternal.
Seguimos en el país de la fantasía pensando que, como queda mucha liga, esto se arreglará
No entiendo los mensajes que se quieren mandar a los medios desde las 'cabezaspensantes' de la Plaza de Pontevedra. Cuando habría que hablar de una situación difícil, sin tapujos, buscando unidad, arreglará seguimos en el país de la fantasía pensando que, como queda mucha liga, esto se arreglará. Me recuerda al pasado...
Teníamos el mejor consejo, la mejor área deportiva, la mejor plantilla de los últimos años y en solo unos meses, parece que no tenemos nada, que todo se ha ido al garete. Y como gusta la metáfora marinera, un barco al garete se puede arrumbar de nuevo porque, afortunadamente, todavía nos queda la mejor afición. El problema es cuando las vías de agua, como ahora, se hacen más grandes, porque te vas a pique. No te salva ni Riazor.