Muchas veces los clubes se olvidan de la cantera. Las categorías de formación, la razón de ser de todo. Hay que cuidarlas, hay que protegerlas y tienen que ser algo importante dentro del organigrama de los equipos. Pero no siempre pasa, a veces da la sensación de que no son más que una oportunidad de hacer caja, pensando solo en equipo franquicia, al que hay que nutrir de recursos.
Pasa muy a menudo que no entrenan en buenas instalaciones, a veces en campos en los que luego ni siquiera juegan, con no siempre el mejor material sino el más barato y sin atender a sus necesidades, que son muchas. Son jugadores que se encuentran en su primera etapa formativa, que necesitan un seguimiento adecuado a su edad y conocimientos. Aprenden fundamentos técnico-tácticos que les harán falta en el futuro. Son la base de todo, lo primero que deben dominar antes de pensar en algo más.
Nadie puede saber hacer un buen bloqueo directo si es incapaz de botar o de hacer un cambio de dirección, o de escapar de un rival haciendo un bote de escape, o si desconoce cómo se ataca una ventana cuando esta se genera, ni puedes enseñarle a un niño o a una niña a pegarle con el exterior si es incapaz de conducir el balón sin mirar al frente. Con demasiada frecuencia se pretende que los jugadores de formación aprendan cosas saltándose paradas por el medio. Todo es importante, nada es accesorio, pero todo a su debido tiempo.
Si mimamos a nuestra cantera podremos formar jugadores que puedan algún día aspirar a llegar al primer equipo. Es el sueño y anhelo de cualquier club o al menos ese debería ser. Invertir en capital humano, que es algo que cuesta tiempo y dinero, pero luego poder beneficiarse de él. El sentimiento de pertenencia de esos jugadores con el equipo es algo que no tienen otros, así como la identificación con esos símbolos, valores y tradiciones que han ido viviendo en el club todos esos años.
A la grada acuden sus familiares, sus amigos, sus compañeros de equipo y el resto de cantera porque son el espejo en el que mirarse, porque ellos también sueñan con llegar algún día a ese primer equipo. Pero para que eso ocurra hay que invertir en la cantera y hay que cuidarla cada día. ¿Y cuántos lo hacen?