Si el Deportivo estuviese salvado, cosa que bien podría haber ocurrido de conseguir un resultado bien distinto en los últimos partidos, ahora mismo es posible que se hablase mucho de la asamblea que se celebrará a finales de mes.

Pero esta importante junta ha pasado a segundo plano. De hecho, muchas operaciones de la entidad que bien podrían haberse cerrado, están supeditadas a lo que ocurra en las dos próximas jornadas.

Uno de los ejemplos es la llegada de Juan Carlos Valerón a la entidad, que no se podría producir si el club estuviese en Segunda B.

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El consejo blanquiazul, no obstante, tiene todo preparado para la junta. De hecho, en las últimas semanas se ha encargado un nuevo informe de auditoría en el que se refleja el estado financiero de la sociedad en estos momentos, justo antes de dar el salto de la ampliación de capital.

Si todo va bien, si el Depor se salva, una entidad tan importante como Abanca pasará a ser fundamental como máximo accionista para acometer proyectos más ambiciosos que pelear por eludir un descenso de categoría.

No obstante habrá que esperar. Al igual que, si todo va bien, se espera una asamblea en la que se hable de futuro con esperanza e ilusión, no se quiere ni pensar lo que ocurriría en Palexco en caso de un hipotético descenso al infierno de Segunda B.

Es evidente que el Deportivo importa a muchos y en estos momentos toda una ciudad mira hacia su club y hacia las posibilidades que tiene de salvar la categoría.