Solo los dos primeros de LaLiga habían ganado al Athletic en San Mamés este curso y el Deportivo se ha sumado a ellos. En la (nueva) ‘Catedral’. el conjunto blanquiazul ha alimentado la esperanza del deportivismo (se supone que Seedorf y la plantilla ya creían). Fue un ejercicio de sufrimiento, de contrastes. Tras un inicio plácido, un final contra las cuerdas. Virtudes y defectos. Solidez y tragadas en defensa, errores y aciertos de Rubén, pólvora en ataque después de cinco salidas con ella mojada. El Depor se acuesta a cinco puntos de la permanencia que marca un Levante que hoy visita el Wanda Metropolitano.
Liberado de la mochila que cargaba por la peor serie de partidos sin ganar de su historia en Primera División, el Deportivo pisó el césped de San Mamés con la cabeza limpia y las ideas muy claras, saliendo rápido a la contra y concentrado y firme en defensa.
Seedorf fue fiel a lo que había preparado en Abegondo. Schär, Borges y Krohn-Dehli fueron los sustitutos de los tres titulares habituales que se perdieron el partido de Bilbao: Sidnei, Guilherme y Muntari.
Borges cayó a la izquierda y Krohn, a la derecha. Funcionaron. También Çolak, Adrián y Lucas. El Deportivo fue lo que Seedorf pretendía, lo que había anunciado en la previa del partido, eso que él ya consideraba “identidad”: solidez defensiva y verticalidad.
Tuvo esas dos virtudes el conjunto blanquiazul hasta el descanso ante un Athletic que, como el Depor, había reaccionado en la anterior jornada, el pasado lunes ante el Villarreal. En su regreso a San Mamés, poco se pareció al equipo que disfrutó en el Madrigal.
Los deportivistas, arropados por unos 400 aficionados en la grada, firmaron uno de sus mejores arranques de partido, el soñado. A los seis minutos, la pizarra dio réditos. A pesar de la presencia de Çolak en el campo ejecutó Lucas Pérez, cabeceó en el segundo palo Schär y en el área pequeña apareció Adrián para meter también la testa con determinación y colar el balón entre las piernas de Kepa.
Supo gestionar la ventaja hasta el segundo tiempo. El Athletic, flojo esta temporada como local, exhibió problemas para combinar y también para frenar a los blanquiazules. La presión de los herculinos surtió efecto y cada pérdida de los bilbaínos supuso una ocasión de peligro a favor de los de Seedorf. El mosqueo en San Mamés era evidente incluso antes de llegar a los diez minutos de juego. Adrián, con la derecha, acababa de enviar fuera un pase de Juanfran.
El asturiano, Çolak y Lucas se entendían por el medio, Luisinho y Juanfran, asociados con Borges y Krohn-Dehli, respectivamente, aportaron profundidad. El danés se apoyó en Lucas antes del primer cuarto de hora, Borges cabeceó en el segundo palo el centro del coruñés y Adrián empujó a placer para anotar otra vez. Segundo doblete consecutivo del asturiano, curiosamente, el último jugador del Depor que había visto puerta a domicilio (Santiago Bernabéu) y protagonista (con otro doblete) de la anterior victoria frente el Athletic a domicilio (1-2 en 2011).
Adrián pudo firmar el triplete antes de la media hora, pero su cabezazo a centro de Juanfran se marchó alto. Poco después, el Athletic se presentaba por primera vez con peligro en campo rival con un disparo de De Marcos que salió desviado.
El Deportivo tuvo la opción de marcharse con otro gol de ventaja al descanso, pero no se dio. En el descuento, un pase en largo de Schär desde la frontal del área propia lo recogió Lucas en tres cuartos, se llevó a Kepa y, cuando iba a marcar, se cruzó Iñigo Martínez. El árbitro no vio la mano del portero del Athletic fuera del área. Habría sido roja.
Dos cambios del Athletic y uno del Depor (Borja Valle por Adrián), precedieron un nuevo intercambio de golpes. Raúl García marcó a placer en un córner por un fallo de Schär en la marca. Y después le anularon otro por una faltita a Albentosa. El equipo coruñés estaba pasándolo mal, pero Borja Valle, como ante el Málaga, dio oxígeno al culminar una jugada trenzada por Çolak, Luisinho y Lucas, que otra vez fue asistente.
La tranquilidad fue efímera por un gol olímpico de Susaeta a falta de menos de veinte minutos. Rubén, que falló ahí, acertó después con dos manos salvadoras ante Raúl García y Susaeta.
El Deportivo acabó arrinconado, sufriendo, haciendo sufrir, pero ganando por segunda jornada seguida. Lo nunca visto desde noviembre de 2015 (Celta y Las Palmas). En la ‘Catedral’ recuperó algo de fe y esperanza. Esta tarde ‘juega’ en el Wanda y el martes, más ante el Sevilla.