La ciudad deportiva de A Torre luce desde el pasado jueves la placa con su nuevo nombre, el del exentrenador del Deportivo Arsenio Iglesias, justo en el día en que cumplió noventa años.
Arsenio, con párkinson, no pudo acudir al acto en el que se descubrió la placa con la nomenclatura de la ciudad deportiva en la que trabajó como responsable de las escuelas municipales y, previamente, como técnico del Superdepor, que logró el primer título oficial del club coruñés, la Copa del Rey de 1995, y estuvo a punto de ganar la Liga del 94.
“Los partidos se jugaban el domingo en Riazor, pero empezaban aquí el martes”, recordó su hijo Pablo, que excusó la ausencia del legendario entrenador por su estado de salud.
“No puede estar aquí porque una enfermedad limitó mucho sus movimientos y fuerzas”, dijo antes de tranquilizar a los asistentes: “De cabeza sigue estando estupendamente. Arsenio sigue siendo Arsenio”.
De hecho, contó una anécdota para confirmar que de cabeza anda fino: “Hace unos días un nieto recopiló para la escuela todos los goles suyos en Primera. Le reprochó que una temporada en Granada no había marcado. Y él le replicó que le hizo uno aquel año al Barça en la final de la Copa”.
“Trabajo y humildad”
Arsenio, que puso fin a su carrera en los banquillos en el Real Madrid a mediados de los noventa, aunque luego dirigió a la selección gallega, forma parte de la historia del fútbol español y, especialmente, de la del Depor que se hizo ‘súper’ y que, en palabras de su hijo, encarnaba sus valores: “trabajo duro, humildad y nunca presumir”.
El consejero del Deportivo Juan Antonio Armenteros recordó que Arsenio acabó su etapa en el Deportivo “como tenía que ser”, con el primer título del club.
Consideró que “su figura va mucho más allá de lo deportivo” porque “es una leyenda por cómo consiguió los éxitos, tanto deportivos como personales, por dedicación, humildad, conocimiento y, sobre todo, sentido común”.
“Es una leyenda del Deportivo y es eterno”, afirmó Armenteros, que se congratuló de que la ciudad deportiva de A Torre lleve ahora el nombre del “maestro”.
La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, precisó que “pocas figuras son extraordinarias” y Arsenio es una de ellas.
Destacó que la “perseverancia”, como reza en la placa que ella misma descubrió con la ayuda de la mujer del exentrenador, Carmen, es la “clave para alcanzar los sueños” y dijo que “uniendo el nombre de Arsenio a estos campos se produce una perfecta conjunción entre el entorno y el homenajeado, que es historia, base y Depor”.
Le consideró “el gran héroe del pueblo coruñés, que huyó de egos y epítetos para ir a lo relevante” y aseguró que, con el nombre de Arsenio, en la ciudad deportiva “la humildad no es un objetivo, es una obligación”.
“Símbolo de A Coruña”
También dijo que el exfutbolista y exentrenador era “muy grande en el campo, pero mucho más fuera” y afirmó que “siempre hizo ciencia popular” con ese “sentido común” que, apuntó, “debe guiarnos en 2021”, un “símbolo de y para A Coruña”.
El pasado marzo, Arsenio recibió la condecoración como hijo adoptivo de la ciudad.
En enero, la Comisión de Honores y Distinciones municipal había acordado otorgarle ese título por “sus méritos personales, deportivos y la labor que desarrolló promocionando a la ciudad, así como por su reconocimiento social”.
Como jugador, Arsenio militó en el Deportivo, el Sevilla, el Granada y el Oviedo y disputó 238 partidos en la máxima categoría del fútbol nacional.
Posteriormente, como entrenador, dirigió al Deportivo en cuatro etapas entre 1970 y la década de los noventa.
Arsenio, que también entrenó al Hércules, el Zaragoza, el Burgos, el Elche y el Almería, cerró su trayectoria como técnico en el banquillo del Real Madrid en la temporada 1995-96, aunque luego se hizo cargo de la selección gallega.