El Córdoba llega esta tarde-noche a Riazor inmerso en un panorama deprimente en el que el club decidió que el desplazamiento, de mil kilómetros, se realizara en autobús tanto en la ida como en la vuelta, lo que ha causado malestar en una plantilla que ha vivido un proceso de descomposición en las últimas semanas tras consumarse el descenso.
La plaga de bajas, algunas criticadas por el entrenador, Rafa Navarro, quien reprochó a varios jugadores su falta de profesionalidad, hace que los blanquiverdes afronten el partido con 15 jugadores del primer equipo y tres componentes del filial como Chuma, Alberto y Moyano.
Ausencias
Fuera de la lista de convocados del equipo andaluz se quedaron el sancionado Luis Muñoz, los descartados Aguado, Carrillo y Blati Touré -desvinculados de hecho de la entidad- y los lesionados De las Cuevas, Álex Quintanilla, Jaime Romero, Luismi Quezada y Marcos Lavín.
El técnico cordobesista tampoco cuenta con el central Kevin Bautista, al que mandó “de vacaciones”, según indicó en la sala de prensa, por motivos disciplinarios. Una prueba más de los problemas que han atravesado los cordobeses en este final de temporada para olvidar.
El único objetivo del Córdoba está en puntuar para evitar quedar el último en la clasificación de Segunda al final de curso un desafío en el que rivaliza con el Nástic de Tarragona, descendido también hace varias jornadas.
Los blanquiverdes, que sólo ganaron una vez lejos de su estadio en todo el curso, presentarán un once repleto de cambios con respecto al último y con algunos futbolistas fuera de posición.
