Como es habitual en el primer entrenamiento de cada concentración, el seleccionador español, Luis Enrique Martínez, dividió el trabajo en función de la carga de sus jugadores por la última jornada de Liga disputada.
Rodri y Suso ni siquiera pisaron el césped del campo principal de La Ciudad del Fútbol, donde desde sus gradas se ovacionó a Jordi Alba cuando cerraba cuatro meses de ausencias de la Roja y pisaba el campo de entrenamiento. Apenas estuvo unos minutos, como el resto de internacionales que disputaron partido el domingo.
Con Mario Hermoso, Pablo Fornals y Brais Méndez como caras nuevas en la absoluta, Luis Enrique reforzó su grupo de trabajo con la presencia de siete jugadores de la selección española sub-21, concentrada también en Las Rozas.
Borja Mayoral, Mikel Oyarzabal, Unai Simón, Alfonso Pedraza, Pape Cheik, Fabián y Dani Olmo reforzaron el grupo de jugadores de la absoluta que se ejercitó con mayor intensidad.
En el inicio estuvieron todos juntos, salvo Rodri y Suso, que completaron trabajo de recuperación en el gimnasio.
Jordi Alba estuvo arropado en los rondos por sus compañeros del Barcelona Sergio Busquets y Sergi Roberto, con complicidad y gestos de cariño con el capitán Sergio Ramos.
Apenas 20 minutos sobre el césped estuvieron todos los jugadores antes de que se quedase entrenándose el grupo formado por David de Gea, Kepa, Pau López, César Azpilicueta, Jonny Otto, Diego Llorente, Saúl Ñíguez, Isco Alarcón y Marco Asensio. Hicieron carreras de velocidad, ejercicios de posesión y presión con los tres porteros como jugadores de campo y un partido final.
Luis Enrique tuvo una charla con Asensio en la que gesticuló mientras asentía el jugador y siguió de cerca el entrenamiento, activo y dialogante con los refuerzos de la sub-21.