El Eibar logró ayer una balsámica victoria (1-0) ante el Celta en el tramo final del partido, después de que los locales fueran superiores a los vigueses durante todo el encuentro, en el que erraron un penalti y que supuso una nueva agonía para el equipo de Cardoso. El conjunto olívico ocupa la 17ª plaza con 25 puntos, dos por delante el Villarreal, que marca el descenso.
Dmitrovic, que volvía al once, sacó el primer mano a mano a Brais, con lo que evitó así el primer tanto celeste a los cinco minutos.
Poco tardó el Eibar en reaccionar, con un disparo de Cucurella que desvió Rubén Blanco, en un comienzo de partido trepidante en el que los porteros se estaban erigiendo en protagonistas.
El VAR, protagonista
El VAR intervino para anular por fuera de juego un gol de cabeza de Enrich. Cuando el Eibar estaba con uno menos por lesión de Cucurella, el Celta tuvo una ocasión inmejorable que Maxi envió al travesaño salvando al Eibar de llegar al descanso con desventaja en el marcador. Ya en la segunda mitad, el colegiado volvió a tirar de VAR para aclarar una acción dentro del área del Celta, y decidió señalar penalti sobre Orellana, una pena máxima que Charles envió por encima de la portería.
Faltaban 15 minutos para el final, y el Celta no hacía acto de presencia en el área del Eibar, mientras que los locales asediaban con poco acierto y mucho corazón.
Al final, Enrich logró empujar a la red una jugada espectacular de Cardona y los armeros lograban una victoria que les acerca aún más a la permanencia y que deja al conjunto vigués en una zona preocupante de la tabla.