No pudo ser, y el Liceo de OK Liga Plata cayó en la final de la Copa Princesa ante el Palafrugell. Después de acabar el tiempo reglamentario con empate (3-3), los gerundenses estuvieron más acertados desde el punto de penalti.
Los de Andrés Colaianni habían derrotado al Mataró (líder imbatido de la OK Liga Plata) en semifinales. Pero eso no les aseguraba partir con ventaja ante un Palafrugell con pocas fisuras en defensa y muy efectivo al contragolpe, argumentos que ayer explotó a la perfección.
Poco tuvo que ver la semifinal con la final. Ayer los de la Costa Brava pronto se pusieron por delante, gracias a una rápida transición defensa-ataque que culminó Borja Ramón (0-1, minuto 4). Y muy parecido fue el segundo tanto visitante, obra del mismo jugador (0-2, minuto 15).
El Liceo controlaba la bola pero era incapaz de penetrar en la tupida maraña de sticks y jugadores dispuesta por el rival. Únicamente Mikel Abeal, en el 18 de fuerte disparo a pase de Payero, consiguió perforar la portería de Luzón (1-2).
La segunda parte empezó de la peor manera para los verdiblancos, ya que en el 27 David Carles hacía el 1-3.
Meterle dos goles a este sólido Palafrugell se presentaba como una misión casi imposible. Solo un jugador con el talento de Martín Payero parecía el adecuado para acometer la empresa. Y lo consiguió. Primero en el minuto 35, en un gol de rebote que provocó las dudas de los árbitros, pero que finalmente dieron como válido. Y después en el 47, con otro disparo que, llorando, entró en la portería visitante.
Los dos tiempos de prórroga, sin faltas ni goles, poco aportaron en una final que se iba a decidir en los penaltis.
Ahí el Palafrugell no perdonó, anotando tres de sus cuatro lanzamientos, mientras que el Liceo solo acertó dos veces en cinco intentos.