Mayer, resignado a vivir a la sombra del plusmarquista, campeón olímpico y mundial de decatlón Ashton Eaton en los últimos años, aprovechó la reciente retirada del estadounidense para hacerse con su primera medalla de oro en los Mundiales.
Mayer, que en algún momento de la combinada llegó a tener opciones de batir el récord del mundo, hubo de conformarse con la mejor marca mundial del año (8.768). Los alemanes Rico Freimuth (8.564) y Kai Kazmirek (8.488) le acompañaron en el podio.
El francés lideraba la prueba el viernes con 4.478 puntos, 57 más que Kai Kazmirek, ambos perseguidos por Rico Freimuth. Los tres cerraron el primer día embarcados en la batalla por suceder a Eaton.
Mayer no había hecho ningún decatlón desde los Juegos de Río, donde fue subcampeón por detrás de Eaton, pero este invierno ganó el título europeo de heptatlón, la combinada masculina en sala, con récord continental (6.479).
Mayer vivió un momento crítico en la pértiga, cuando llevaba dos nulos en la primera altura que intentaba. La espada de Damocles del cero le amenazaba cuando ejecutó su tercer salto, pero evitó el rosco y prácticamente se aseguró el título.
Sus parciales, camino de la medalla de oro, fueron: 10.70 en 100 metros; 7,52 en longitud; 15,72 en peso; 2,08 en altura; 48.26 en 400; 13.75 en 110 m vallas; 47,14 en disco; 5,10 en pértiga; 66,10 en jabalina y 4:36.73 en el 1.500.