El Leganés aguantó el acoso del Celta de Vigo y sumó un valioso punto en Balaídos, tras un notable ejercicio defensivo en la última media hora, cuando se echó atrás para defender el 0-0 ante el acoso de un rival que disfrutó de hasta tres buenas oportunidades en la recta final. Los estilos antagónicos de ambos equipos chocaron claramente. El fútbol de toque de los celestes fue incapaz de superar el orden del Leganés, al que no le importó ceder el balón. Mauricio Pellegrino tenía claro su plan: defender y contragolpear. Pero el aplastante dominio celeste no se vio reflejado en el marcado. Ni tan siquiera en las llegadas, pues creó más peligro en el primer acto el conjunto madrileño que el Celta, que asustó más cuando pudo correr.
Después de que el marroquí En Nesyri probara a Rubén Blanco en el inicio, el equipo gallego disfrutó de su mejor ocasión antes de alcanzar el cuarto de hora: Aspas combina con Maxi Gómez, éste abre para Brais que conecta con Hugo Mallo y el centro del capitán lo cabecea el delantero uruguayo rozando el poste.
Se animó el Celta, que logró encerrar al Leganés en su campo. Y en el minuto 15 se produjo la jugada que pudo cambiar el guión del choque: Boufal se marcha de dos defensores, encara a Cuéllar y cae dentro del área. Los jugadores celestes rodean a Munuera Montero. El colegiado andaluz consulta al VAR pero no señala penalti.
Agunte defensivo
A partir de ahí, el Leganés juntó mucho más sus líneas y el Celta no encontró respuesta, pese a que el turco Okay Yokuslu intentó iniciar todas las jugadas, alternando la salida desde atrás con el balón en largo buscando a Maxi Gómez. Fue un querer y no poder de los celestes. Y su rival asustó con varias pelotas a la espalda de la defensa pero también sin éxito.
La segunda parte arrancó como la primera, con una clara oportunidad para En Nesyri pero el delantero marroquí falló en la finalización ante Rubén Blanco, otra vez salvador. Esa acción no varió el guión. El Celta, al que le faltó profundidad, tuvo la pelota pero el Leganés no se descosió. Cardoso movió el banquillo. Refrescó el centro del campo con Beltrán y Pione Sisto, pero tampoco fue suficiente.