Sacudido todavía por la espectacular remontada del fenómeno Van der Poel el domingo en la Amstel, el mundillo ciclista se fija hoy en otro gran nombre, el derrotado en la clásica de la cerveza, Alaphilippe. El francés defiende su título en la Flecha Valona o, lo que es lo mismo, en el Muro de Huy. La prueba belga, segunda en el tríptico de cotas, es la antesala de la Lieja, que espera el domingo, pero esa será otra historia.
En Valonia no estará Van der Poel, que ha irrumpido a lo grande en la carretera después de arrasar en el ciclocrós. Aire fresco en la temporada de clásicas, el nieto del perdedor Poulidor se prepara ya para la ‘mountain bike’. Joven, polivalente y ganador, es el ciclista del futuro.
No le echarán de menos Alaphilippe, que el domingo vio como le pasaba en la recta final de la Amstel, ni el resto de aspirantes en la Flecha. Entre ellos también se encuentra Valverde, el más laureado con cinco triunfos, cuatro consecutivos (de 2014 a 2017) y que el año pasado dio el relevo al francés y se tuvo que conformar con la segunda plaza. El campeón del mundo no llega en su mejor momento, parece acusar el paso de la edad –mañana cumple 39 años–, pero Huy es su segunda casa y nunca se le puede descartar.
El otro gran nombre del ciclismo español en la salida es Enric Mas, que en condiciones normales podría estar entre los candidatos, pero sus pensamientos están puestos en julio y en su debut en el Tour. Hoy se debe a su líder, el ya mentado Alaphilippe.
El Muro de Huy, una cuesta de 1.300 metros y con pendientes imposibles, favorece a los hombres ligeros y explosivos, escaladores y ‘puncheurs’, como dicen en Francia. En la salida estarán algunos de los grandes especialistas y que suman varios podios en las últimas ediciones.
Es el caso del irlandés Dan Martin, tercero en 2016 y segundo en 2017, al que solo le falta el primer cajón; el de Jelle Vanendert, veterano belga que siempre se deja ver en las primeras posiciones cuando empiezan las terribles rampas de Huy; el de Michal Kwiatkowski, polaco y gran baza del potente Sky, de características ideales para la prueba, pero en la que nunca ha brillado, o el de Adam Yates, el hermano que no ha ganado una ‘grande’ –Simon triunfó en la Vuelta– pero reparte clases magistrales allá por donde va.
La ristra de candidatos es muy amplia, unos pensando en la gloria, otros en la Lieja, decana de las clásicas y punto y aparte en la campaña de carreras de un día, con el Giro ya a la vuelta de la esquina. No conviene olvidar a los Albasini, Matthews, Mollema, Bardet, Sagan, Schachmann, Kreuziger, Gasparotto, Gaudu, Fuglsang, los hermanos Izagirre, Teuns, Woods, Clarke... Todos quieren batir al cada vez menos imbatible Alaphilippe. Que se lo digan a Van der Poel.
