A finales de los noventa y comienzo del nuevo milenio uno de los cánticos de la afición deportivista más comunes en los duelos de rivalidad ironizaba con un derbi entre el Celta, que se debatía entre la Primera y la Segunda, y el Deportivo B, puntero en varias campañas en la categoría de bronce y candidato al ascenso.
Los caprichos de la historia se han empeñado en transformar el “el año que viene, Celta-Depor B” —para pesadilla de la grada de Riazor— en un encuentro de Segunda B entre el cuadro más laureado del fútbol gallego y el filial olívico.
Un sucedáneo de derbi del sonrojo, de la vergüenza o de la humillación, que tendrá lugar esta tarde en el estadio de Riazor ante un millar de fieles blanquiazules en las gradas.
El clásico que nunca debió haber sido tal y al que la escuadra coruñesa llegará como líder del grupo I y subgrupo A de la Segunda B, con la necesidad de seguir sumando de tres en tres para asomarse a la ventana navideña en la primera plaza del torneo.
Mientras los puristas demandan un estilo más exquisito a las huestes de Fernando Vázquez, los herculinos se están mostrando intratables a nivel numérico; no en vano, han optimizado al máximo sus seis tantos —solo dos en contra— para mantenerse invictos en las siete primeras jornadas, con un balance de cuatro victorias y tres empates.
En su fortín de Riazor los deportivistas acumulan tres triunfos en otros tantos encuentros; aunque todos por la mínima, aún no han cedido puntos como anfitriones.
El preparador Fernando Vázquez sigue dándole vueltas mentalmente a su rompecabezas táctico, con la finalidad de afilar un dibujo completamente impermeable que sin embargo carece de la pegada que se le presuponía a inicios de curso.
El míster de Castrofeito, que no podrá contar con los lesionados Derik y Keko Gontán, ni con el sancionado Lara, ha ensayado en la previa la salida de balón con defensa de cinco hombres, por lo que podría apostar por este patrón de juego esta tarde; con Bóveda y Salva Ruiz por bandas con mucha más libertad que en otro sistema, el Deportivo se asentará en la solidez estructural que le confieren Mujaid, Álex y Granero en la zaga, siempre con Carlos Abad bajo palos.
Uche Agbo y Celso Borges son inamovibles en el once coruñés, mientras que Borja Galán tiene muchas papeletas para actuar desplazado al costado izquierdo.
En punta de lanza el binomio Beauvue-Rolan posee muchas opciones de saltar de inicio, si bien el técnico también ha dejado entrever a lo largo de la semana que Rui Costa entra en sus cábalas.
Con 15 puntos tras 7 jornadas, el Depor quiere deshacerse de un adversario tan irregular como peligroso como es el Celta B para marcharse —tras la Copa— al parón navideño con los deberes hechos.
Enfrente, el club herculino —que acaba de cumplir 114 años de vida— se topará con un filial irregular, que ha vencido en su última salida 0-3 al Salamanca para perder por idéntico marcador frente al ‘Compos’ siete días después.
Onésimo pierde por lesión a hombres vitales como Solís, Sergio Carreira o Riki, así como a Fontán, De León y Miguel Rodríguez, citados por Coudet para el primer equipo.
Un millar de adeptos blanquiazules tendrán el privilegio de presenciar en el estadio el choque de esta tarde.