Tan lejos y tan cerca
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Tan lejos y tan cerca

Tan lejos y tan cerca
Jorge Cano, atacante del Bergan, rodeado por cinco futbolistas del Sevilla | patricia g. fraga

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Este equipo es quinto por la cola en Tercera División. El Bergantiños compitió de tú a tú contra un rival que ha sido campeón de la Liga Europa cinco veces en los últimos años y que es, probablemente, uno de los cinco mejores conjuntos de Primera División. El Sevilla no pudo pasar de una victoria por la mínima en Riazor. Se clasificó pero no sin sufrimiento. Jorge Cano tuvo una gran ocasión para hacer el empate en el último minuto.

Como era de esperar, Borja Facal apostó por los futbolistas que consiguieron la clasificación para la Copa del Rey la pasada temporada. Cristopher, que ya estaba jugando en liga, fue el portero titular. En la línea defensiva solo hubo un cambio respecto a los últimos encuentros: Marcos (y no Antonio) formó pareja con lago López en el centro de la zaga. Los laterales fueron, sin sorpresas, Toni y Aarón. Para la medular, el míster del Bergan optó por un trivote con Agulló de mediocentro defensivo y Diego Fernández y Granada de interiores; por Álex Diéguez en el extremo derecho, Cano en el izquierdo y Rivera en punta.

El Sevilla salió con un 1-4-4-2 con Pozo, Koundé, Sergi Gómez y Escudero en la línea defensiva, con Gudelj y Jordán en un doble pivote en el que los dos futbolistas nunca estuvieron a la misma altura, con Ocampos partiendo desde la derecha pero dejando el pasillo exterior para el lateral, con Óliver Torres, el futbolista con más libertad del once, ‘en la izquierda’ y con Chicharito y Dabbur en punta, aunque este último con tendencia a caer al costado zurdo siempre que lo abandonaba Óliver.

 

El Sevilla se adelantó

No tardó en adelantarse el equipo hispalense. En el minuto 16, el central Koundé cabeceó a la red, desde el segundo palo, un envío de Jordán desde la esquina, uno de los futbolistas más participativos y activos del Sevilla ayer en Riazor.

Lejos de arrugarse, el cuadro carballés mantuvo el plan de partido de bloque bajo en fase defensiva y de buscar a Cano, que realizó un partido soberbio, en ataque. El extremo izquierdo del Bergantiños recibía en la izquierda y no había rival que lo frenase en las conducciones hacia dentro.

El que menos lució fue Rubén Rivera, que se cansó de disputar, sin éxito, ante dos centrales de la talla de Koundé y Sergi Gómez. Cristopher no fue el mejor del Bergan por sus paradas en la primera mitad y eso era buen señal.

 

Segunda parte

Es prácticamente imposible (y más en un campo como el de

Riazor, que ayer estaba encharcado) que el ritmo y el tono físico de un equipo de Primera División no supere al de uno de Tercera. Al Bergantiños le tocó defender más en el segundo tiempo y, atrincherado en su parcela de campo, apretó los dientes para sacar algún balón que tenía pinta de 0-2. La escuadra que entrena Julen Lopetegui tiró dos veces al palo, vio como Cristopher salvaba un balón a bocajarro y como lago López se deslizaba por el césped para desbaratar un remate de Dabbur.

A pesar de que muchos futbolistas del Bergan, superada la hora de juego, utilizaban el combustible de la reserva, el marcador no se alteró. El entrenador del Sevilla, un equipo que no estaba del todo cómodo en un partido que no era capaz de sentenciar, dejó claro con sus cambios que no se fiaba del Bergantiños: Rony, Banega y Munir al campo.

Cerca de estar contra las cuerdas, el Bergantiños empezó a destacar por el impresionante despliegue físico de Diego (el mejor de su equipo en la segunda parte), por la competitividad de un Aarón que tuvo que bailar con Ocampos 53 minutos, por la contundencia de Marcos y por el poso de un Pablo Agulló sensacional. Cano, que empezaba a apagarse después de dejarse el alma sobre el campo, pudo marcar uno de los goles más importantes de su carrera en el 92. Tan cerca, tan lejos...

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