El Mirandés dio la sorpresa y eliminó ayer al Celta de Vigo en un encuentro que dominó la primera parte y en el que el equipo gallego consiguió empatar gracias a su buen juego en algunos instantes, aunque se vio sorprendido en la prórroga con el tanto de Antonio Sánchez en el minuto 114 que dio el pase a octavos a los de Andoni Iraola.
El Celta comenzó controlando el partido aunque el Mirandés estaba bien colocado en el campo. La primera oportunidad legó para los de Óscar García en las botas de Garbiel Fernández, pero el conjunto vigués no tuvo muchas más claras en la primera mitad.
Tras una alternancia de balón de ambos equipos, cuando se rondaban los veinte minutos de juego, los hombres de Andoni Iraola empezaron a ser superiores, poniendo en serios apuros al guardameta visitante.
El delantero brasileño Matheus pudo marcar el primer gol en el minuto 25 tras un gran pase de Álvaro Peña, pero se escapó por muy poco.
Donde no falló fue desde el punto de penalti tres minutos después, el brasileño convertía la pena máxima tras una mano clara en el área de Araujo poniendo por delante al equipo local.
Tras el paso por vestuarios el juego se convirtió mucho más físico y el Celta gozó de más ocasiones claras, pero el conjunto de Iraola aguantó los envites del Toro Fernández y de Sisto, al que García dio salida para buscar más portería.
El tiempo se acababa para el Celta y necesitaba un gol. Óscar García dio salida a Iago Aspas en busca del tanto del empate. Agotó los cambios con la entrada de Rafinha, pero el conjunto rojillo siguió aguantando hasta una contra que terminó con disparo que entraba por la escuadra de la meta defendida por Limones.
Iago Aspas pudo marcar a dos minutos del final del partido, pero el balón se le marchó fuera en la ocasión más clara del partido.
En la prórroga el Celta, Rafinha vio la roja por un agarrón en el área, pero Sergio Álvarez interceptó el lanzamiento de Álvaro Rey.
Con uno más, el Mirandés hizo valer su superioridad y un centro atrás de Merquelaz para Antonio Sánchez, que remató aprovechando el error de los centrales, para poner el 2-1 decisivo.