Después de dos cesiones el pasado curso a Alcorcón y Racing de Santander, el extremo madrileño Borja Galán regresó a la disciplina del RC Deportivo con la intención de convertirse en un puntal para el ascenso.
Después de una pretemporada marcada por los escasos encuentros preparatorios comenzó el curso liguero como suplente, después de que Fernando Vázquez le otorgase la titularidad en las alas de su ataque a Keko y a Lara.
Sin embargo, Galán supo aprovechar sus minutos para ilusionar a la afición aportando frescura y dinamismo en las segundas partes, generalmente junto a Yago Gandoy.
Cuestionado por su excesivo individualismo y por el adorno excesivo que en ocasiones acompaña a su juego, ha sido titular en cuatro de los siete envites en los que ha tomado parte en la presente campaña.
Sus estadísticas revelan que, además, ha disputado un total de 388 minutos, en los que ha anotado una diana, ante el Celta B en el último choque de Liga de los blanquiazules, saldado con una derrota 1-2 en Riazor.
En el capítulo de asistencias, quizá una de sus mayores virtudes, todavía no ha tenido ocasión de inaugurar su casillero individual este año.
Curiosamente ha caído lesionado en el entrenamiento de ayer y se encuentra a la expectativa de que las pruebas médicas diagnostiquen el alcance exacto de lo que podría ser una lesión fibrilar que pone en entredicho su presencia en los próximos encuentros de Copa y Liga del club. Una lástima puesto que estaba siendo de lo más rescatable en el apartado ofensivo del equipo coruñés.
A sus 27 años, debe dar el salto de calidad definitivo en su carrera profesional; no en vano, acaba de renovar esta temporada hasta junio de 2022, evidenciando un compromiso encomiable.
