Un sargento de la Guardia Civil fuera de servicio, guiado por su perro, encontró ayer el cadáver de la medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, de 56 años, en La Peñota, un pico de la sierra de Madrid.
El cuerpo tenía un golpe en la cabeza y se encontraba en fase de descomposición, dado que la muerte se produjo hace más de una semana, según indicaron fuentes de la investigación.
A media tarde, una vez que el juez de Collado Villalba que se ha hecho cargo del caso completó el levantamiento del cadáver, los servicios de rescate recuperaron el cuerpo en helicóptero para su posterior traslado al Instituto Anatómico Forense de Madrid.
Será la autopsia la que determine la causa de la muerte de la medallista de bronce en slalom de esquí alpino en los Juegos Olímpicos de Arbertville 1992 y hermana de Paco Fernández Ochoa, fallecido hace unos años, oro también en slalom en Sapporo 1972.
La muerte de Blanca, que sigue siendo la única española medallista en unos Juegos de Invierno, ha motivado un torrente de muestras de solidaridad.
El hallazgo se produjo once días después de que Fernández Ochoa fuera vista en un supermercado, el sábado 24 de agosto, comprando alimentos, 24 horas después de comunicar a su familia que iba a pasar unas jornadas haciendo senderismo.
El cuerpo lo halló sobre las 12.30 horas el sargento Francisco Borreguero, fuera de servicio, gracias a un rastro encontrado por su perra Xena, pastora alemana de 3 años.
Numerosas batidas
El dispositivo que desde el domingo 1 de septiembre realizó numerosas batidas por la sierra noroeste de Madrid tenía previsto recorrer la zona esta misma tarde, en buena medida por el aviso de un vecino de Cercedilla que se encontró con ella el fin de semana de su desaparición.
Fernández Ochoa, que no llevaba mochila, le dijo a este vecino que iba a La Peñota, dio un beso a la estatua que homenajea a su hermano Paco en Cercedilla y se santiguó.
Pero ayer, antes de que se realizase la batida por la zona, el guardia civil, miembro del servicio Cinológico del cuerpo y residente en la próxima localidad de Los Molinos, acompañado por un amigo y por su perro, localizó el cuerpo en el Collado del Rey, a pocas horas andando del aparcamiento en el que apareció el coche de Fernández Ochoa.
Otras fuentes del dispositivo añadieron que el cuerpo estaba en una zona de peñas, pero accesible, sin especial dificultad técnica, cerca de un mirador.
La cuestión es que el primer día de búsqueda pudo haberse encontrado el cuerpo, porque el dispositivo pasó a unos doscientos metros del lugar donde ha aparecido.