El Deportivo inauguró una nueva campaña en Segunda División al abrigo de su afición, en el Abanca Riazor, y ante casi 21.000 fieles. Un total de 20.534 espectadores presenciaron la sufrida victoria ante el Real Oviedo (3-2).
Dos jornadas y sendas derrotas a domicilio después, ante Huesca y Rayo Vallecano (3-1), volvió el cuadro blanquiazul a casa, pero en esta ocasión la afluencia cayó de forma considerable.
En una soleada tarde de sábado, a las cuatro en punto, algo menos de 16.000 hinchas (15.249, según datos facilitados por el operador televisivo) acudieron a animar al equipo en su compromiso ante el Albacete, en el que sería la tercera derrota consecutiva (0-1) de este titubeante inicio de curso.
Líder en asistencia
El feudo coruñés había sido líder en asistencia en la primera jornada en Segunda, con 3.000 espectadores más que otros campos históricos de la categoría, como La Romareda.
Dentro de esa afluencia, que supuso el 62% de la capacidad del campo (que cuenta con 32.660 butacas), hubo un millar de aficionados ovetenses.
Los pasados números ante los albinegros se parecen más a los registrados de media la anterior campaña en Segunda, pues el Deportivo perdió 4.000 espectadores por término medio con respecto a Primera División.
La buena marca ante los ovetenses se acercó a los registros logrados en el pasado tramo final liguero, que tuvieron su punto álgido ante el Mallorca, duelo que los coruñeses ganaron de penalti.
Una asistencia que se mantuvo en torno a los 20.000 en sendos choques de playoff ante el Málaga y el conjunto balear, y que fue una de las claves de ambas victorias.