El APOEL de Nicosia espera ser algo más que un compareciente en el reencuentro del estadio Ramón Sánchez Pizjuán con la Liga Europa, en la que su anfitrión, el Sevilla, suma cinco títulos de campeón y tiene un idilio especial con el torneo.
Este escenario, además, ha sido designado la pasada semana por la UEFA como sede de la final de la competición continental en su edición 2020-21, y el Sevilla espera continuar con buen pie su andar tras ganar en Bakú en la primera jornada del grupo A al Qarabag azerbaiyano por un rotundo 0-3.
El equipo chipriota, por contra, inició el torneo con una sorprendente derrota como local ante el Dudelange luxemburgués (3-4), lo que le da una motivación extra para demostrar en Sevilla que lo sucedido hace dos semanas fue un accidente.
El entrenador de la formación hispalense, Julen Lopetegui, hará el jueves cambios en el equipo inicial debido al apretado calendario de dos partidos por semana que lleva desde septiembre y a que el próximo domingo se miden en el Camp Nou al Barcelona en la octava jornada de LaLiga Santander.
Es baja, al estar en proceso de recuperación de una lesión, el central portugués Daniel Carriço, mientras que ya está disponible para este torneo el extremo argentino Lucas Ocampos.