Ha conseguido, tras un año de penurias, sentirse querido en el club blanquiazul, algo que deseaba desde que llegó a la entidad coruñesa hace ya tres temporadas.
Empezaste la semana con trabajo específico pero ya estás con el grupo, ¿cómo te encuentras?
Estoy bien, son golpes propios de un partido. Fue un pisotón donde sufrí la fractura en el dedo y cada vez que me pisan por ahí cerca el dolor es agudo y el miedo también influye un poco, pero con el paso de los días ya estoy mejor.
Es importante que estéis todos los jugadores de ataque bien en un momento en el que se ha vuelto a resentir un delantero como Carlos Fernández, ¿no?
Es una situación complicada. Es cierto que cuantas más personas estemos a disposición del míster mucho mejor para este Deportivo. La situación de Carlos es difícil y dura. Me pongo en su piel y sé que lo está pasando muy mal, tanto él como el cuerpo médico, que son personas super cualificadas, que también lo sufren, y que en el día a día hacen todo lo posible para que estemos bien. Vivir su situación es complicada y para él más.
Has sido galardonado por la afición recientemente como Jugador Estrella Galicia, varias veces distinguido como el mejor de la jornada en Segunda, llevas cinco goles, a cuatro de tu máxima marca en el Oviedo en la 2014-15... Sin duda está siendo una temporada feliz, ¿no?
A nivel individual no puedo pedir más, estoy feliz. Al final yo solo pedía sentirme valorado, querido o útil, según como se mire. Lo estoy sintiendo y viviendo y no puedo quejarme. A nivel vestuario estoy muy contento, me siento muy querido y arropado, y a nivel futbolístico no puedo pedir más. Me siento importante, respaldado y cuando las cosas van bien es todo mucho más fácil.
¿Es un poco recoger ese premio a la apuesta que hiciste este año al quedarte en el Deportivo, aunque sea en Segunda?
El tema de la categoría no es algo que me quite el sueño, más bien todo lo contrario. No valoro estar en un sitio u otro o jugar más en Primera o en Segunda. Valoro jugar y sentirme valorado. Ha llegado este año y estoy muy feliz, porque era lo que quería desde el primer momento en el que supe que podía venir aquí.
Hablabas de ese grupo y de ese cariño que sientes. Desde fuera ya se percibe ese buen ambiente, ¿es realmente así de puertas para adentro?
Sí, hay muy buen ambiente y muy buen rollo. Gente con jerarquía y otra joven, jugadores que han vivido momentos muy malos y otros muy buenos. Buscar ese equilibrio y tenerlo en un vestuario y más en el Deportivo, después de haber vivido lo que se ha vivido, es algo muy importante y es algo que necesitaba este equipo para conseguir el objetivo. Todos estamos muy contentos, todos aportamos y nunca hay ningún mal rollo y, cuando lo puede haber, se soluciona rápido, cosa que a lo mejor en otros momentos no pasaba.
¿También ha podido ayudar la cantidad de horas que pasáis juntos, con los desayunos y las comidas en Abegondo?
Sí, la verdad es que tenemos que dar las gracias al club por el paso tan grande que ha dado para que haya un buen vestuario, tanto a la hora de firmar a personas como a buenos jugadores, el ponernos salas para comer y para desayunar...Al final son muchas horas las que pasamos juntos y en las que compartimos muchas anécdotas. Eso al final te hace coger mucha confianza con la persona que tienes al lado y eso termina por trasladarse al vestuario.
Son vestuarios totalmente distintos y del que había el año pasado yo aprendí mucho
¿Quizá era el año pasado no era tanto un problema de falta de talento en el vestuario como de calidad humana?
Era un vestuario totalmente diferente, había personas maravillosas también y personas que no actuaban tan bien. Yo no soy nadie para señalar a nadie, ni para juzgarlo, yo tengo mi criterio y mi pensamiento y a todo ello se le suma un descenso, un año catastrófico y cuando todo parecía que iba a ir hacia arriba caes de golpe... Son vestuarios totalmente diferentes y yo aprendí mucho del vestuario del año pasado, saqué muchas conclusiones y muchas cosas positivas de él.
Este año contáis con un psicólogo (Gabriel Pita), ¿en qué os está ayudando en esta temporada?
El año pasado teníamos dos, Ricado y Gabi, y este año sigue Gabi. A nivel grupal el año pasado nos ayudaron mucho, a nivel indidividual a
mí me dio personalmente la vida porque me apoyé mucho en esas personas. Este año sigo trabajando con Gabi, que vivió mi situación de menos a más el año pasado, mi situación personal y profesional y nos ha ayudado mucho. Son muchas horas las que pasas aquí, muchos momentos duros, es mucha tensión. Tener a una persona a la que puedas acudir en el vestuario y decirle ‘me siento de esta forma’ es importante. En la vida, en general, y para un trabajo creo que más. Son personas que te ayudan, que te arropan, te empujan y te dan consejos y, para mí, piezas clave.
Una tensión diferente: el año pasado del miedo a descender y este año el sueño del ascenso...
Son tensiones totalmente distintas, pero cada una con lo suyo. La tensión del año pasado es dura, lo pasas mal, te vas a tu casa jodido y sin ver la solución y sin ver que eres capaz de conseguirlo, y este año ves que tienes la ilusión, el apoyo de la gente, la capacidad de estar ahí arriba y lo tienes de tu mano. Es algo ilusionante y bonito ¿Qué te genera tensión? Sí, claro que sí. Es lo normal y entra dentro del juego, pero ojalá pueda vivir siempre situaciones de este tipo (risas).
¿Os preocupa que el equipo haya desperdiciado oportunidades de ponerse de líder, la última vez al empatar ante el Nàstic? ¿Hay algo de vértigo por verse ya tan arriba en la tabla?
No, no lo creo. Hay ilusión porque no hemos estado. Creo que el Deportivo lleva una temporada muy buena y hay ilusión. Hemos tenido oportunidades de dar ese golpe y ponernos primeros o mantenernos en puestos de ascenso directo, pero creo que es algo que no nos tiene que crear frustración. Todavía queda un mundo, estamos a tres puntos del líder y eso es algo muy bueno. Tenemos el partido con el Reus, que al final son puntos que se agradecen a día de hoy por cómo está la competición de igualada. Queda un mundo y creo que no hay que tener ansiedad y sí ilusión.
Hay que ser cautos, no por ganar los tres partidos en casa la temporada estará ya hecha
Llegan ahora tres partidos seguidos en casa, la oportunidad de encadenar una racha y coger distancia, ¿se habla de dar ahora el golpe sobre la mesa?
Deseo que sirva de empujón, pero me da miedo tener la responsabilidad de que como juegas en casa tres partidos tener que ganar los tres obligatoriamente. Hay veces que eso te puede pasar factura. Tenemos que ser cautos, hacer nuestro fútbol, mantener la idea y personalidad de siempre, siendo conscientes de que jugamos en casa, pero no me gustaría que crease una dependencia a ganar los tres porque jugamos en Riazor. Todavía queda mucho y no por ganar los tres partidos en casa ya está la temporada hecha y puede ser un arma de doble filo. Es cierto que nos sentimos mejor en casa, con nuestra gente, y que hemos sido mejores en Riazor durante todo el año, pero me gustaría que fuese algo positivo y no una necesidad.
¿La igualdad es total este año en Segunda pero, ¿te ha sorprendido algún equipo especialmente?
He vivido la Segunda y era consciente de que esto podía pasar, que íbamos a estar varios separados por pocos puntos, que será así hasta el final y que sería muy díficil que un equipo se descolgase. Que equipos históricos como Osasuna o Mallorca vuelvan a retomar esa importancia es algo muy bueno y luego hay equipos que sabíamos que iban a estar ahí, como mi Oviedo, y lo bonito es que nosotros estamos ahí con ellos.