El Leganés confirmó ayer la contratación de Gaku Shibakasaki. El destino del japonés será el conjunto pepinero, tal y como adelantó este diario el miércoles, que logra el traspaso del jugador por tres temporadas, las mismas que le quedaban de contrato al nipón en la entidad herculina.
Precisamente la relación contractual con el Deportivo incluía una cláusula en caso de descenso que se podía ejecutar y el jugador sale sin que el Leganés tenga que abonar ninguna cantidad. Lo que si se reserva el Deportivo son unos beneficios en función de objetivos, aunque no han trascendido cuáles.
El nipón lucirá el dorsal 8 que dejó Recio y en el Leganés esperan unas importantes ventas de camisetas de Shibasaki, ante el tirón que tiene dentro de los aficionados japoneses.
Buenas relaciones
Las relaciones entre el cuadro pepinero y el Deportivo son muy buenas (facilitaron la llegada de Sabin Merino en el mercado estival) y en el caso de que el club blanquiazul siguiera en Segunda, el ariete vasco regresaría a la disciplina herculina. Ayer el internacional japonés se despidió de la afición herculina en redes sociales con un imagen de A Coruña en Twitter acompañada de la siguiente frase:
“Voy a echar de menos la ciudad, la gente, el paisaje... todos los que están en Coruña. Quiero dar las gracias al club y todos los que me ayudaron. La Coruña es una de las ciudades más bonitas que visité en mi vida”, aseguraba en sus redes sociales. Gaku llegó de la mano de Carmelo del Pozo, exdirector deportivo, ahora en el Hércules.
El japonés aterrizó en el mercado estival de 2019 procedente del Getafe, después de haber intentado hacerlo en el mercado de invierno anterior, según desveló Del Pozo, aunque entonces no le permitieron salir los azulones. Habitual en la selección japonesa, el técnico nacional le advirtió que competir en Segunda B podía hacer menguar las opciones de ir con el combinado nipón, lo que motivó que saliese del club blanquiazul.
En el Deportivo firmó un curso lleno de altibajos, con momentos buenos de juego y como nota negativa dos expulsiones sin sentido.