En la semana del fallecimiento de una leyenda del fútbol como Enrique Castro, ‘Quini’, el inolvidable grito de guerra con el que la afición asturiana intentaba motivar al ‘Brujo’ podría trasladarse perfectamente a la realidad deportivista.
¡Ahora, Depor, ahora! Ha llegado el momento de la verdad para una escuadra que no vence en Liga desde el 9 de diciembre. Casi tres meses después la terna de puntos de esta tarde en juego ante el Eibar se antojan el único antídoto para eludir el temido descenso a Segunda División.
Riazor asistirá al quinto encuentro de la ‘era Seedorf’, un entrenador que ha conseguido un punto sobre un total de doce posibles y que ha vuelto a sembrar de dudas un horizonte blanquiazul que se había ilusionado con la segunda parte del duelo ante el Espanyol.
Precisamente el míster holandés tomará como referencia estos 45 minutos para apurar las opciones de reflotar la nave ante un Eibar mucho más acomodado en la tabla, con 38 puntos, y que se permite la licencia ya de soñar con hacer historia accediendo a torneos continentales.
La parroquia de Riazor aguarda que su estadio siga siendo inexpugnable para una escuadra humilde, confeccionada a imagen y semejanza de un ‘currante’ del fútbol como José Luis Mendilibar, que ha perdido en las tres ocasiones en las que ha visitado A Coruña en la élite.
Clarence Seedorf ha ensayado una ‘mini-revolución’, con hasta seis cambios respecto a la formación que se diluyó el miércoles en Getafe (3-0).
Sólo Rubén Martínez, Bóveda, Muntari, Lucas y Adrián López repetirían en una alineación de marcada vocación ofensiva, que podría tener problemas para encontrar el equilibrio ante uno de los conjuntos más potentes del campeonato.
Así, con el portero Rubén Martínez bajo palos, la retaguardia estaría constituida por la dupla de centrales Albentosa-Sidnei, que no participaron en el Coliseum, con otra ‘cara nueva’ como Navarro en la demarcación de lateral izquierdo y Bóveda en la derecha.
Las bajas de Mosquera por sanción y de Fede Valverde y Guillerme por lesión obligan al míster a apostar por Muntari como único pivote defensivo, con un rombo en el que Borges estaría tendido a la banda derecha y Emre Çolak a la izquierda, con Adrián López ejerciendo de enganche para conectar con un binomio ofensivo que hasta el momento no ha respondido a las expectativas creadas a inicios de curso: Lucas Pérez y Florin Andone.
En el banco de la suplencia aguardarán su oportunidad alternativas de ataque como Bakkali o Borja Valle.
Enfrente, el Depor se topará con un adversario pletórico como el Eibar, el equipo que más centros traza sobre el área rival y que presume de un poderío físico y de un compromiso colectivo encomiable. Es decir, la antítesis del proyecto coruñés 17-18.
Con un colegiado como Jaime Latre cuyos números representan un lastre para los herculinos y una bendición para los eibarreses, el RC Deportivo se verá arropado desde las gradas por miles de seguidores.
Y es que la celebración del ‘Día de las Peñas’ transmitirá aliento extra al equipo a cargo de una afición que se merece al fin una alegría este año.