Volver a Segunda siempre es algo complicado de digerir pero en los anteriores precedentes el Deportivo siempre encontraba cobijo en el Abanca Riazor. Un campo que lo ha espoleado y donde forjó sus dos últimos ascensos.
Después de tres jornadas en obligado ‘exilio’, debido a las obras que se están acometiendo en el estadio y sus cubiertas, los blanquiazules vuelven a su campo, que todavía no está a punto, para recibir a un Sporting de Gijón que no vendrá acompañado de su bulliciosa ‘Mareona’.
Un Riazor que lucirá con gradas vacías, ya que por motivos de seguridad se han reubicado a más de 8.500 seguidores, lo que explica que no se hayan podido enviar localidades a los aficionados asturianos.
Pese a todo, la afición blanquiazul ha respondido a la llamada y durante toda la semana se pudieron ver largas colas de socios que acudieron a retirar las nuevas localidades, que se mantendrán también para el partido ante el Granada
Cambios ‘obligados’
En una semana intensa de trabajo para los blanquiazules, con cinco sesiones, Natxo González introducirá cambios con respecto al once de la última jornada ante el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López. Algunos obligados por los integrantes de la enfermería y otros por decisión técnica.
El primero será en el centro de la zaga, en la que Pablo Marí entrará por Eneko Bóveda, aunque ejercerá por la derecha, dejando la izquierda para el otro central Domingos Duarte, que jugó hasta ahora a pierna cambiada. Mientras, en la medular, el técnico vasco volverá a apostar por el rombo, aunque con previsibles cambios.
Por delante de la defensa podría repetir Álex Bergantiños, en el vértice derecho entraría Didier Moreno, en lugar de Pedro Mosquera, el izquierdo sería de nuevo para Vicente Gómez, y volvería al once Krohn-Delhi, tras cumplir los dos partidos de sanción, como mediapunta.
Ocuparía así el lugar de un Carles Gil, que se coló en la convocatoria tras pasar una semana al margen por problemas musculares en el obturador externo de su cadera. En el ataque, doble novedad con Pedro Sánchez y Carlos Fernández. El alicantino, que puede ejercer como delantero, para acompañar al canterano hispalense, que se estrena antes de lo esperado en Riazor, ‘favorecido’ por las bajas en el ataque coruñés. Christian Santos está concentrado con Venezuela, Borja Valle es baja por una contusión en el pie sufrida ante el Tenerife y Quique González tiene una lesión muscular de grado II en los isquiotibiales.
Quedan en la recámara de cara a la segunda parte balas como la de Fede Cartabia, recuperado de su esquince en el tobillo izquierdo. Un revulsivo para un encuentro en el que no está claro cuál de los dos equipos tomará la iniciativa.
El conjunto de Rubén Baraja llega a Riazor con 7 puntos de 9 posibles, un plantel con muchas caras nuevas y una importante fiabilidad atrás. La única duda que se plantea en el once es la entrada de Nacho Méndez o la continuidad de Hernán Santana. Un equipo rojiblanco que se ha mostrado muy ordenado, con una idea clara de juego, que apenas concede ocasiones y que practica la presión adelantada.
Una importante piedra de toque para un Deportivo que vivirá un estreno un tanto extravagante en Riazor.