El Real Madrid empató en Sevilla y accedió a los cuartos de final coperos, manteniendo además con esta igualada la racha de partidos sin perder desde que Zidane llegó al conjunto blanco.
En un partido en el que el Sevilla mereció más, los blancos tiraron de experienca para sobreponerse a un 3-1 y empatar el choque gracias a los goles de Sergio Ramos, de penalti, y de Benzema en el minuto 90.
EL CELTA, SIN HISTORIA
En Balaídos, Pione Sisto dio el triunfo a los locales convirtiendo una falta directa en la última acción de un partido en el que el Valencia mostró poca fe en el milagro.
Tras el 1-4 en Mestalla, los de Voro trataron de asustar al Celta de inicio pero pronto fueron sometidos por el juego celeste.
Los de Eduardo Berizzo dominaron el encuentro tras un primer aviso visitante de Vinicius y gozaron de buenas ocasiones para hurgar en la herida 'che'. Un Valencia poblado de jugadores del filial apenas inquietó a los locales bajo un diluvio en Vigo. Pese a la entrada de Parejo en la segunda mitad, el Celta siguió mandando sobre el césped.
Giuseppe Rossi abrió la lata con su tercer gol celtiña, uno en cada competición, a la hora de encuentro y a renglón seguido Vinicius hizo el empate que pareció ya definitivo.
Sisto vio el premio a su gran partido con el tanto que cerró la eliminatoria que confirma el momento dulce del Celta y el calvario valencianista.
EL EIBAR, A CUARTOS POR PRIMERA VEZ
A la misma hora, el Eibar cumplió en otro trámite contra Osasuna, en el cual el equipo visitante no puso en peligro en ningún momento el histórico pase de los de Ipurua.
El equipo armero, que jugará por primera cuartos de final de Copa, dejó sentenciada la eliminatoria ante un herido Osasuna con el 0-3 de la pasada semana.
Sin ocasiones destacables, la tensión estuvo más en la grada, con la retirada de pancartas de varias peñas mal colocadas tal y como explicó el club en un comunicado, tapando publicidad y alargando un conflicto de varios meses.
Además, la primera mitad se cobró las lesiones de Juncá, cojeando de la pierna derecha, y Nauzet, con un golpe en el hombro.
Tras el descanso la grada fue más quien calentó el partido, con sus protestas a la directiva, que el fútbol sobre el césped.
El Eibar dosificó su renta y Osasuna, que buscaba emular su única victoria esta temporada en liga en tierras armeras, descontó los minutos para pensar ya en su delicada situación en la competición doméstica