Les vengo trasladando la necesidad de aplicar en nuestra sociedad, medidas adecuadas que vayan planificando la salida social de esta tragedia que nos está asolando.
Por motivos obvios sobre donde están escritas estas líneas, el deporte refleja el centro de la diana. Según la valoración que le quieran proporcionar, esta actividad podía variar su estado de necesidad. Aunque con matices, puede ser interpretado como un bien esencial o no.
Pero lo que si puede aportar el mundo del deporte en estas circunstancias, es el sentimiento de liderazgo. En cualquier actividad deportiva, este adjetivo, debe marcarse como un primer recurso para poder alcanzar el éxito.
Desgraciadamente en cada incursión que realizo en el amplio abanico de actividades con las que convivo en el día a día, observo el pobre nivel de esta capacidad que están teniendo nuestros dirigentes. Y aquí ya no hablo solo en el aspecto deportivo. La vida política de gestión es muy pobre. Es claro que también hay oasis dentro del desierto, no todo es igual.
Vivimos momento complejos y muy difíciles, pero precisamente es ahora, cuando hay que sacar a flote la capacidad del “supuesto” líder, para que “el resto” pueda tener la referencia adecuada en el camino a recorrer.
Estos días recogía del artículo de un compañero, lo que entendía él por asumir la responsabilidad citada: “… se trata de atender en su punto justo las naturalezas humanas que te rodean”. Entiendo que recoge de forma plural la savia del engranaje.
No me genera ninguna confianza lo que veo y aquí es cuando le pido a los responsables del mundo del deporte su capacidad de gestión para conseguir ser referencia a esa “otra política” para ser un ejemplo de solución.
El primer paso se canalizó con el movimiento olímpico. Una catapulta para revitalizar esta compleja situación. Sería básico que el fútbol lograse un acuerdo de mínimos, donde se pudiesen enfocar soluciones de futuro idóneas y que cada competición pudiese terminar y comenzar sus etapas. Servir de ejemplo, ser cauce de iniciativas.
También aquí, como en otras muchas facetas de la sociedad, las primeras líneas del escalafón, lo más básico, pueden resultar las grandes perjudicadas. El deporte “primario” no debe consentir que un tsunami lo arrase con consecuencias irreparables.
El silencio de los máximos dirigentes deportivos de la comunidad y del Reino de España, exterioriza un silencio realmente sorprendente, dan la impresión de estar “missing”. Las dificultades por las que atraviesan sus “coetáneos”, no deben estar dentro de sus oficiales competencias. La “señora” de Madrid solo apareció para darle la razón al señor Rubiales en el tema electoral y después ya se recluyó. En fin… lo que yo les decía del liderazgo, algunos no están ni se les espera. Una “peniña”, pero es la triste realidad.
“Quédate en casa”. Como siempre un placer
