Todo el mundo opina sobre los acontecimientos que ocurren alrededor del Deportivo y nosotros también nos aventuramos a lanzar nuestro parecer acerca de la situación que atraviesa el club más representativo de la ciudad y cuyo reconocimiento en el mundo del deporte alcanza mucho más allá de nuestras fronteras. Máxime, después de aquellos años memorables en los que vistieron la camiseta blanquiazul jugadores de renombre mundial, que están en la mente de todos. Algunos de ellos se proclamaron posteriormente campeones del mundo con sus respectivas selecciones.
La nostalgia está muy bien pero ahora hay que afrontar la realidad de los hechos. Y esta realidad es que el Deportivo es último de la clasificación de Segunda División A, muy lejos no ya del ascenso sino de una hipotética salvación de la categoría. Después de unas semanas de auténtica apatía e inacción –realmente, no comprendemos muy bien el paso adelante que dio Paco Zas, salvo si fue para satisfacer un ansia personal-, el camino no era otro que el de dejar que dirigentes más competentes conduzcan el futuro inmediato del club.
Parece ser que el que va a dar la cara es Fernando Vidal, deportivista de siempre, cuya camiseta defendió cuando era atleta del club. Vidal fue lanzador de peso y disco, con marcas muy estimables en ambas especialidades, y de alguna manera siempre estuvo ligado a la entidad blanquiazul. La última vez que hablamos con él –en vísperas de las primeras elecciones después de Lendoiro- tenía ilusión por el futuro del club, antes de ocurrirle una serie de vicisitudes que están en la memoria de los seguidores coruñeses.
Ahora, Vidal, después de varias experiencias amargas en carne propia, incluidas las últimas elecciones, no ha querido esperar el paso de más ‘cadáveres’ para tomar la iniciativa, con la intención de que el Deportivo no juegue la próxima temporada en Segunda División B. Veremos si le da tiempo. Pero lo que sí ha hecho Vidal es buscar respaldo, principalmente económico, para salir del bache. Abanca pasaba casualmente por allí y le ofreció ese apoyo monetario puntual y ambos, junto con la incorporación como asesor del destacado empresario coruñés Juan Carlos Cebrián –que por fin entra, de alguna manera, en el Deportivo para seguir los pasos familiares-, van a afrontar unos meses que se presentan como un reto importante, del que si salen airosos pueden sacar importantes réditos de todo tipo.
Como no puede ser de otra manera, en este inicio de una nueva etapa, les deseamos a todos ellos en estas fechas (y, por supuesto, a nuestros lectores) que pasen unas felices Navidades.
