El Barcelona jugará la final de la Copa del Rey frente al Alavés, un equipo que no estaba en ninguna quiniela, pero que ha conseguido su puesto en el último partido con tantos méritos como el azulgrana, si bien su poderío económico y deportivo es muy inferior al del rival.
Cuando cobra protagonismo la Copa siempre se cuestiona y no sin razón el sistema de eliminatorias, con el acceso directo a octavos de los equipos que participan en competiciones europeas (en este caso, cinco). De esta forma, casi puede parecer un milagro que un equipo como el Alavés pueda colocarse en la final. Este año no se habló tanto del sistema copero español como otras veces, quizá porque el sorteo deparó en las últimas rondas algunos partidos entre equipos fuertes, lo que distrajo la atención e hizo que la competición estuviese más igualada.
La fecha señalada para la final de la Copa del Rey es el 27 de mayo, pero en Barcelona ya se empieza a hablar de la pretensión de jugarla en el Bernabéu, como siempre en los últimos años. Pero que se tranquilicen porque van a encontrarse, como es natural, con la negativa del Real Madrid. Pero `ellos' no van a parar. Como dijo en una ocasión el difunto Johann Cruyff, que conocía muy bien el percal, "lo peor del Barcelona es el entorno".
Al Alavés seguro que el escenario le da igual. Es suficiente premio llegar al último partido y tratar de disputar el título ante un todopoderoso. Seguramente, para ellos, el Atlético de Madrid hubiera podido ser un rival más asequible, pero también tienen opciones, aunque pocas, frente al Barça. A pesar de la victoria liguera, los vitorianos están a años luz.
Por cierto, en la última semifinal entre catalanes y madrileños se pudo ver que los de Luis Enrique -¿qué reteniendo el balón cerca de su área en el inicio de todas las jugadas y desde el principio del partido?- no atraviesan por su mejor momento y que este Barcelona dista mucho de ese otro que hace poco tiempo nos hacía disfrutar con su juego. Ocurrió que - al margen de errores arbitrales - el Atlético estuvo poco resolutivo, aunque nadie puede negar que los de Simeone juegan un poquito más con la pelota que las temporadas anteriores. Dicen que eso les va mal, pero no es que les fuera muy bien jugando de la `otra' manera.
Lo cierto es que el ciclo del argentino parece acabado y está casi `cantada' su salida al Inter de Milán. A ver si en Italia la Liga y la Copa no están amañadas, como insinuó varias veces el entrenador argentino con respecto a las competiciones españolas, y consigue más títulos que por estos lares.
Unas líneas también para el eliminado Celta. La mayoría parece estar de acuerdo en que lo que mató al equipo vigués fue la renuncia a su estilo de juego. Parece mentira que un "controlador mental" tan bueno como Berizzo haya caído en su propia trampa de entrenador y haya renunciado a su juego característico. Ni siquiera lo había hecho en el partido de vuelta contra el Real Madrid, razón de más para que ahora tampoco lo hiciera. El Alavés, un equipo que aúna preparación física y sacrificio, pero con mucho menos fútbol que los vigueses, consiguió el objetivo porque jugó mejor el partido y con más inteligencia.
Con la contemplación de estas semifinales ha quedado claro lo difícil que es llegar a la final. Por eso, en estas fechas me he acordado de los dos títulos que posee el Deportivo, conseguidos en aquellas recordadas finales frente al Valencia y al Real Madrid. Y muestro mi reconocimiento a aquellos que lo hicieron posible.
