La elegancia del presidente del Deportivo en sus declaraciones tras el desastre de Riazor es la gota de cordura en un mar tan tempestuoso como el viento que se llevó por delante las cubiertas del estadio.
No se trata de buscar culpables, sino soluciones. 'No den problemas, señoras y señores, arréglenlos'.
Es inadmisible. Hemos asistido a la consecuencia lógica de algo que de lo que ya se había avisado. Riazor no aguantaría ni el primer envite del mal tiempo (clima habitual, por otra parte, en momentos determinados del año). ¿Qué habría ocurrido si el azote de Eolo hubiera sido durante la disputa del partido? Sin duda un verdadero desastre. Más del actual, en el que la imagen de A Coruña queda de nuevo en un lugar poco acorde con la categoría de Marineda.
Es inadmisible. Incluso se podría agradecer lo que ha pasado, sin víctimas ni daños personales, amén de las enormes molestias a un deportivismo que está cansado de estas situaciones de abandono, de desgana.Y encima no sorprende. No sorprende a ningún vecino de la zona de Las Esclavas o del Paseo de Los Puentes. No sorprende a ningún socio del Depor. 'Era visto', dicen con resignación y preocupación por lo que venga.
Y tener a la gente resignada y preocupada, es indamisible.
El proyecto que no existe, las obras que nunca empezaron, las nuevas iniciativas que no se han 'iniciado', los parches que no parchean nada, los políticos a tirarse piedras unos a otros...
A lo mejor es porque somos simplemente (y afortunadamente) periodistas deportivos. Lo vemos todo más claro de lo que nos cuentan. Y nos parece inadmisible.
Aquí, lo que procede, es asumir responsabilidades, que cada uno obre en consecuencia y que se actúe en Riazor.
Más claro. Que haya rápido una reunión del gobierno municipal, que se solucionen los desperfectos actuales tan pronto como el tiempo lo permita y que, cuando acabe la Liga, se acometan las obras de la cubierta de una maldita vez. Todo lo que no vaya por ese camino, es inadmisible y cansa tanto a la ciudad en general y al deportivismo en particular, que a buen seguro tendrá sus consecuencias.
Lo único admisible en esta historia que pudo haber sido una tragedia, es la elegancia de Tino Fernández y, por tanto, del RC Deportivo, dispuesto a sumar y no a restar, como parece que hace una parte de la ciudad.
Es inadmisible.
