Popovici debe conformarse con la medalla de plata
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Popovici debe conformarse con la medalla de plata

Popovici debe conformarse con la medalla de plata
Sunwoo Hwang

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 El rumano David Popovici debió de conformarse con la medalla de plata en los Mundiales de piscina corta que concluyeron este domingo en la ciudad australiana de Melbourne, tras verse superado por el surcoreanos Sunwoo Hwang en una final de los 200 libre, que anticipa una vibrante rivalidad entre los dos jóvenes nadadores.


Pese a insistir una y otra vez que llegaba a la cita con el único objetivo de “aprender” Popovici, de tan sólo 18 años, dejó claro todo el inmenso talento que atesora, tras cubrir los primeros 50 metros en primera posición con un tiempo por debajo del récord del mundo.


Pero David Popovici, que deslumbró al mundo el pasado verano con el doblete -100 y 200 libre- que firmó tanto en los Mundiales de piscina larga de Budapest como en los Europeos de Roma, se encontró en esta ocasión con un temible rival el surcoreano Sunwoo Hwang, otro de los nombres de futuro de la natación mundial.


Si tras cubrir los dos primeros largos Popovici aventaja en 8 centésimas al surcoreano, a falta de los últimos 25 metros Hwang, de 19 años, ocupaba la primera posición con una renta de 1.21 sobre el rumano.


Pero ni así se rindió David Popovici, que el pasado mes de agosto rebajó el legendario récord del mundo de los 100 libre en piscina larga del brasileño Cesar Cielo, que apretó como nunca en el último largo.


Reacción final que no pudo impedir el triunfo de Sunwoo Hwang, que revalidó el título de campeón del mundo que logró el pasado año en Abu Dabi, con un tiempo de 1:39.72 minutos, un segundo menos que el crono -1:40.79- firmado por Popovici, que debió conformarse con la plata.


Completó el podio el británico Tom Dean, oro en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, que se colgó la medalla de bronce con un registro de 1.40.86 minutos.


Tiempos que anticipan una vibrante rivalidad en los próximos años entre estos tres nadadores y que ponen en serio peligro los récord del mundo de los 200 libre tanto en piscina larga como en corta que posee el alemán Paul Biedermann desde la era de los “bañadores mágicos”


MAC NEIL SE MARCHA DE MELBOURNE CON DOS RÉCORDS DEL MUNDO


Si el talento de Popovici y Hwang hace pensar en vuelco en la tabla de récords en los próximos años la canadiense Margaret Mac Neil no necesitará esperar y se marcha del Centro Acuático de Melbourne con dos nuevas plusmarcas universales en el bolsillo.


Tras establecer el pasado viernes un nuevo tope mundial -25.25- en la final de los 50 espalda, este domingo la nadadora canadiense, de 22 años, firmó su segundo récord de la competición tras imponerse en la final de los 100 mariposa con un tiempo de 54.05 segundos.


Un registro que permitió a Mac Neil, la vigente campeona olímpica de la distancia, rebajar en 54 centésimas la anterior plusmarca universal en posesión de la estadounidense Kelsi Dahlia con un crono de 54.59 desde el pasado año.


La canadiense no dio opción en esta ocasión a la estadounidense Torri Huske, con la que compartió el oro en los 50 mariposa y sumó un triunfo, que la permite cerrar los mundiales con tres oros -50 y 100 mariposa y 50 espalda- y tres bronces -4x100 libre, 4x100 estilos y 4x50 estilos mixto-.


DOBLETES DE LE CLOS Y McKEOWN


Pero Margaret Mac Neil no fue la única protagonista de unos Mundiales que confirmaron el retorno al primer plano del sudafricano Chas Le Clos, que logró un doblete tras añadir al oro que logró en los 200 mariposa el triunfo que firmó este domingo en la final del hectómetro.


Tras unos últimos años oscurecido por el dominio en las pruebas de mariposa del estadounidense Caeleb Dressel y el húngaro Kristof Milak, el veterano nadador sudafricano, que cumplió 30 años el pasad mes de abril, ha demostrado en Melbourne que aún le queda cuerda para rato.


Tal y como confirmó el casi medio segundo en el que Le Clos, que firmó un crono de 48.59 segundos, aventajó en los 100 mariposa al joven canadiense Ilya Kharum, que se colgó la medalla de plata con una marca de 49.03, nuevo récord del mundo júnior.


Tampoco fallo la australiana Kaylee McKeown, la vigente campeona olímpica y mundial de la distancia, que se confirmó como la “reina” de la espalda, tras sumar al oro que logro en los 100 el triunfo que cosechó este domingo en la final de los 200 espalda, con un tiempo de 1:59.26 minutos, apenas 32 centésimas más que su propio récord mundial.


MURPHY NO ENCUENTRA RIVAL EN LA ESPALDA


Si McKeown es la “reina” de la espalda femenina el estadonidense Ryan Murphy es el indiscutible “rey”, tras completar este domingo el triplete, tras sumar al triunfo que logró en los 50 y 100 la victoria que sumó este domingo en la final de los 200 espalda con un tiempo de 1:47.41 minutos.


Marca que permitió a Murphy aventajar en 60 centésimas a su compatriota Shaine Casas, que al igual que le ocurrió el pasado año en los Mundiales disputados en Abu Dabi tuvo que conformarse con la medalla de plata.


Todo lo contrario que el también estadounidense Nic Fink, que revalidó el oro que logro el pasado año, tras imponerse este domingo con un tiempo de 25.38 al italiano Nicolo Martinenghi en la final de los 50 braza.


Una victoria que permitió a Fink marcharse de Australia con dos oros -50 y 100 braza- y una plata -200- en las tres pruebas individuales de braza en las que compitió en Melborurne.


HAUGHEY y MEILUTYTE CUMPLEN CON LOS PRONÓSTICOS


Por su parte, la hongkonesa Siobhan Haughey no falló y reeditó el título de campeona del mundo que logró el pasado año tras imponerse en la final de los 200 libre con una marca de 1:51.65 minutos.


Tampoco falló la lituana Ruta Meilutyte, que tras establecer un nuevo récord del mundo -28.37- en las semifinales, se colgó la medalla en los 50 braza, tras derrotar con un tiempo de 28.50 segundos a la sudafricana Lara van Niekerk.


FESTIVAL DE RÉCORDS EN LOS RELEVOS.


Donde sí se logró batir el récord del mundo fue en las finales femenina y masculina del relevo 4x100 estilos.


Estados Unidos, liderado por una sensacional Lilly King en la posta de braza, logró el oro y un nuevo tope mundial -3:44.35- en la final femenina, mientras que en la masculina los norteamericanos compartieron la gloria con Australia.


De la mano de un sensacional Kyle Chalmers, que nadó los últimos cien metros, los oceánicos lograron tocar la pared con el mismo tiempo -3.18.98- que Estados Unidos, lo que permitió a ambos equipos subir a los más alto de podio como poseedores de una nueva plusmarca universal

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