El español Alberto Ginés comenzó mal la final de escalada de los Juegos de París, último en la primera parte, la escalada de bloques, lo que le obliga a remontar en la de dificultad para volver a colgarse una medalla.

El primer campeón olímpico de esta joven disciplina volvió a mostrarse flojo en la parte de bloques, que también se le había atragantado en la semifinal.

Pero una gran actuación en la prueba de dificultad, en la que fue el mejor, le permitió acabar con la cuarta mejor puntuación total y meterse en la final.

En esta ocasión, consiguió incluso menos puntos que el pasado lunes y acabó último de los ocho finalistas.

Ginés no pudo sumar ningún punto en el primer bloque, lo que le afectó moralmente para el resto de la competición. Se quedó con cero puntos en una prueba e la que cinco rivales llegaron a la cima, entre ellos el japonés Sorato Anraku, número 1 del mundo, que lo hizo a la primera.

En el segundo, la placa, se atragantó en la segunda dificultad, que solo el nipón superó.

Mejoró el español en el tercero, la pared vertical, pero no superó el segundo punto, que solo llegó a franquear el británico Tony Roberts, número 2 del mundo.

Cerró su participación de forma similar en un muro que requería impulso y coordinación, superando solo dos puntos de paso en una pared en la que el estadounidense Colin Duffy, número 6 del ránking, fue el único en resolver hasta el final.

Ginés acabó con 24,1 puntos, frente a los 69,3 de Anraku, que acabó líder por delante de Duffi, con 68,3 y Roberts con 63,1.

Las medallas se le ponen difíciles al campeón olímpico, que el pasado miércoles demostró que la dificultad es su punto débil, pero que la afronta con mucha desventaja.