El Unicaja no afloja en Santiago y llega lanzado a la Copa del Rey (78-90)
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El Unicaja no afloja en Santiago y llega lanzado a la Copa del Rey (78-90)

El Unicaja no afloja en Santiago y llega lanzado a la Copa del Rey (78-90)
El jugador del Unicaja Kendrick Perry (d) protege un balón ante el jugador del Obradoiro, Oleksandr Kovliar (i) . XOÁN REY

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 El estadounidense Tyson Carter y el canadiense Melvin Ejim, con 17 y 18 puntos, lideraron el triunfo del Unicaja en la pista del Monbus Obradoiro (78-90), en un partido en el que los gallegos pagaron caras sus pérdidas en el tercer cuarto, cuando su rival logró despegarse en el marcador tras un parcial 4-12.


El equipo de Ibon Navarro llegará a la Copa del Rey en un gran momento de forma. En su casa, el equipo malagueño defenderá el título conquistado el año pasado avalado por una espectacular trayectoria que alargó en Santiago, donde supo sufrir cuando el Obradoiro empujó (44-40) para castigar las pérdidas gallegas en el momento decisivo del encuentro.


La gran actuación de Artem Pustovyi y Tres Tinkle no fue suficiente para que el Obradoiro rompiese su dinámica negativa. Y eso que el canadiense Thomas Scrubb se reivindicó tras su mal partido ante el Dreamland Gran Canaria.


Pero al equipo de Moncho Fernández le sigue faltando regularidad. Transmite síntomas muy preocupantes. Cuando unos brillan, otros se apagan. Jordan Howard y Rigoberto Mendoza fallaron demasiado, y Zurbriggen, Blazevic y Ález Suárez ni tan siquiera sumaron.


Y eso que en el arranque del tercer cuarto golpeó al Unicaja con su acierto exterior. Pero fue un espejismo. Del 44-40 se pasó en apenas unos minutos al 48-52 que intentó frenar Moncho Fernández con un tiempo muerto, ya que los malagueños estaban castigando las pérdidas de los suyos para conseguir canastas fáciles en transición.


Tras el parón, un triple de Tyson Carter, que anotó cinco en siete intentos, y otros dos de Alberto Díaz sentenciaron el duelo, pese a que los locales siguieron peleando por intentar recortar una desventaja que su rival siempre supo manejar.

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