Llega el fin de semana del todo o nada. El de seguir soñando con todo o regresar a la nada. Depende de un partido, el del domingo en Castalia, donde el Depor juega por un objetivo no solo de un club, sino de toda una tierra.
 

Aunque el bajón del equipo en la segunda parte de Riazor ante el Castellón fue más que evidente, veo a Rubén y a los suyos bien, centrados, me da la sensación de que con las ideas más claras que hace unas semanas. El técnico lleva solo tres partidos en el cargo, es una realidad que marca el presente. Aun así, con poco tiempo se han visto mejoras en todos los sentidos.
 

¿Será suficiente ese poco tiempo para imponerse a todo un estadio como Castalia? Lo veremos el domingo en la final más importante hasta la fecha, la que debería poner al Depor en el camino de la disputa de otras dos finales ante Alcorcón o Real Sociedad B. Es un todo o nada, un cara o cruz. Esperemos que la esquiva suerte, poco aliada del Depor últimamente, nos sonría hasta que acabe el mes de junio..